Un baile de máscaras y mascarillas

Un baile de máscaras y mascarillas

El Real ha inaugurado la temporada con ‘Un ballo in maschera’ de Verdi. En el estreno estuvieron los Reyes y una nutrida representación del Gobierno, la oposición y las fuerzas vivas. La función siguiente tuvo que suspenderse por el inaudito boicot de un grupo de espectadores. Ayer se desarrolló con total normalidad. Una buena producción dificultada por las circunstancias, con sobresaliente dirección musical y aceptable dirección artística. Excelentes reparto, coro y orquesta.

Estrenada en 1859 por Giusseppe Verdi, todos los aficionados conocen su dificultosa realización basada en el regicidio de Gustavo III de Suecia en 1792 durante un baile de máscaras, y cambiada de ambiente al otro lado del Atlántico de resultas de la intervención de la censura ante el hecho de otro atentado contra Napoléon III el año anterior a manos de tres independentistas italianos. Así que este melodrama en tres actos pasó a ser protagonizado por un imposible conde-gobernador de Boston que antes de sentenciar a una pitonisa negra acusada de brujería decide comprobar por si mismo sus artes y esta le predice que le matará muy pronto un amigo. Y es que está enamorado de la esposa de su mejor amigo y secretario, y ya se pueden figurar lo consabido; ella también le quiere pero le hace ver que su amor es imposible; cuando ambos se están resignando a ni siquiera darse la mano nunca ya, les descubre el marido; de nada sirven las explicaciones de Amelia a Renato y este se une a una conspiración en marcha para asesinar al gobernador, consigue ser el ejecutor y encuentra la oportunidad en el baile de máscaras en el que los enamorados se están despidiendo para siempre sin haber consumado su amor. Agonizante, Riccardo le cuenta la verdad y le perdona, mientras Renato se arrepiente y Amelia sufre lo previsible.

Favorita entre las favoritas, popular entre las populares, esta ópera se representa frecuentemente, aunque solo sea la séptima entre las de Verdi, después de La Traviata, Rigoletto, Aida, Nabucco, El trovador y Falstaff. Operabase.com muestra 259 representaciones de 43 producciones en 37 ciudades desde enero de 2009. Es una partitura llena de contrastes que, conservando la inmediatez de sus obras maestras del periodo intermedio, explora registros dramáticos y musicales que encontraremos plenamente realizados en sus obras más tardías. La producción que abre la temporada, firmada por Gianmaria Aliverta para el Teatro La Fenice de Venecia, reivindica la ambientación estadounidense ideada por los libretistas de Verdi para sortear los rigores de la censura, pero lejos de someterse a ella, traslada la acción a la época de Abraham Lincoln y sus tensiones raciales y políticas. Dentro de lo estrambótico e irreal que resulta la trama hoy, hubiéramos preferido la ambientación nórdica, o mejor una puesta en escena de coordenadas espacio-temporales indefinidas que no hubiera necesitado los cuatro parones de cambio de escena que sumado al intermedio de media hora conviertieron este baile de mascarillas en tres horas de función cuando podrían haber sido dos condensadas y estupendas.

Explica Matabosch que se han tenido que inmolar partes de la escenografía y del movimiento del coro, solistas y bailarines para adaptar la puesta en escena del Teatro La Fenice de Venecia al protocolo sanitario vigente para combatir la pandemia de COVID-19. No ha podido ser todavía una “puesta en escena” en el sentido pleno, pero ha permitido un espectáculo escenificado y no limitarse a esperar tiempos mejores cancelando su actividad. Sobran pues las críticas a una puesta en escena tan dificultosa, pero nos reafirmamos en que mucho mejor hubiera sido una escenografía única y adaptable a las seis escenas diferentes del libreto. Así, con tantas limitaciones, se explica ese movimiento de plataformas tan disonante para que el coro pueda mantener las distancias de seguridad, pero no se explica el abuso de banderas estadounidenses hasta esa gigantesca que llena el escenario, uno de los mayores de Europa. El director de escena Gianmaria Aliverta en la presentación había anunciado y presentado un par de ejemplos de mascarillas ‘personalizadas’ para danzantes, pero anoche eras estándar aunque de textura y color carne que las disimulaba.

Pero lo importante de esta ópera es su excelsa música, generosa para el lucimiento de los protagonistas, con momentos exquisitos tanto para Riccardo (La rivedra nell’estasi , la barcarola con coros Di’ tu se fedele il flutto m’a spetta, o el aria Ma se m’è forza perderti), como para Renato (con Alla Vita Che T’arride y, sobre todo, la gran aria Alzati! là tuo figlio…Eri tu ), Amelia (la gran aria Ecco l’orrido campo ove s’accoppia del acto II o la dolorosa Morrò – ma prima in grazia ), y Ulrica (Re dell’abisso, affrettati), por no hablar de duetos, tercetos, cuartetos y quintetos con gran participación del coro (como en el scherzo od è follia en el Acto I) o sin él (como uno de los grandes dúos de amor de Verdi, Teco io sto – Gran Dio!, entre Amelia y Riccardo en el segundo acto). Una partitura también muy generosa con el coro y la orquesta. Y un director musical -Nicola Luisotti- acertando plenamente a lucirse con ella.

Ya decíamos que el reparto fue sobresaliente con un Michael Fabiano al frente ejerciendo de poderoso tenor de los de antes, con una Anna Pirozzi de expléndida soprano, y un Artur Ruciński -completando el desgraciado triángulo- de barítono, que empezó un poco destemplado pero terminó desplegando fuegos artificiales en un alarde vocal con el aria ‘Eri tu…’. Pero eso no es todo, pues nos pareció el descubrimiento de la noche la soprano donostiarra Elena Sancho en un refinado Oscar, homenaje verdiano a Mozart que es el punto cristalino, tierno y optimista de toda la partitura, aunque por su indiscreción muera el señor del que es paje. También cumplieron Daniella Barcelona como la bruja Ulrica, y las cuatro voces complementarias del resto del reparto.

Silvia Giordano proporcionó unas discutibles coreografías al excelente cuerpo de baile, algunas más actuales que la época retratada, bache temporal que agudizó la técnica revisteril de los ejecutantes, rescatados del suspendido El rey león en la cartelera madrileña.

Los aplausos se sucedieron a lo largo de la representación y fueron largos y acompasados al caer el último telón, especialmente generosos con Barcellona, muy querida en este coso, y parcos con Sancho, que hubiera merecido más. La intendencia fue exquisita pero todavía se notaba alguna concentración excesiva de público en determinados espacios mientras otros yacían vacíos: es de suponer la dificultad en taquilla, pero debiera corregirse con una distribución espacial homogénea.

Fue un Verdi de gran nivel, ópera tradicional y tradicionalista, rancia y eterna para circunstancias tan anómalas como las que vivimos. Un éxito del Teatro Real y de los que lo dirigen, que han conseguido resucitarlo el primero de Europa -no sin fallos- y que merecen crédito por ello.

Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 7
Dirección musical: 8
Dirección artística: 6
Voces: 8
Orquesta: 8
Escenografía: 6
Producción: 6
Programa de mano: n/h
Documentación a los medios: n/h

TEATRO REAL
un ballo in maschera
16, 18, 20, 23, 25, 27 y 29 sept.; 1, 3, 4, 6, 7, 10, 11, 13 y 14 oct. de 2020.
Melodramma en tres actos
Música de Giuseppe Verdi (1813-1901)
Libreto de Antonio Somma, basado en el libreto de Agustin Eugène Scribe Locle para la ópera Gustave III, ou le bal masqué de Daniel Auber
Estrenada en el Teatro Apollo de Roma el 17 de febrero de 1859
Estrenada en el Teatro Real el 6 de marzo de 1861
Producción del Teatro La Fenice de Venecia. Reposición en colaboración entre el Teatro Real y el Teatro de la Maestranza de Sevilla

Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
(Coro Intermezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)

Director musical
| Nicola Luisotti – 16, 18, 20, 23, 25, 27 sep; 1, 3, 4, 6, 7, 10, 11,13 oct
| Lorenzo Passerini – 29 sep; 14 oct
Director de escena | Gianmaria Aliverta
Escenógrafo | Massimo Checchetto
Figurinista | Carlos Tieppo
Iluminador | Fabio Barettin
Iluminadora Asociada | Elisabetta Campanelli
Coreógrafa | Silvia Giordano
Director del coro | Andrés Máspero

Reparto:

Riccardo
| Michael Fabiano – 18, 23, 27 sep; 1, 4, 7, 10, 13 oct
| Ramón Vargas – 16, 20, 25, 29 sep; 3, 6, 11, 14 oct
Amelia
| Anna Pirozzi – 18, 23, 27 sep; 1, 4, 7, 10, 13 oct
| Saioa Hernández – 16, 20, 25 sep.
| María Pia Piscitelli – 29 sep; 14 oct.
| Sondra Radvanovsky – 3, 6, 11 oct.
Renato
| Artur Ruciński – 18, 23, 27 sep; 1, 4, 7, 10, 13 oct
| George Petean – 16, 20, 25, 29 sep; 3, 6, 11, 14 oct
Ulrica
| Daniela Barcellona – 18, 23, 27, 29 sep; 1, 4, 7, 10, 13 oct
| Silvia Beltrami – 16, 20, 25 sep; 3, 6, 11, 14 oct
Oscar
| Elena Sancho Pereg – 16, 18, 20, 23, 25, 27, 29 sep; 1, 4, 7, 10, 13 oct
| Sara Blanch – 3, 6, 11, 14 oct
Silvano | Tomeu Bibiloni
Samuel | Daniel Giulianini
Tom | Goderdzi Janelidze
Un juez / Un sirviente de Amelia | Jorge Rodríguez-Norton

Idioma Italiano. Subtítulos en Español e Inglés
APERTURA DE PUERTAS: UNA HORA ANTES DEL COMIENZO DE LA FUNCIÓN

Parte I: 1 hora y 30 minutos
Pausa de 30 minutos / La pausa de la función del 18 de septiembre tendrá una duración de 40 minutos
Parte II: 50 minutos.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

Recibe nuestras noticias en tu correo

Lo más leído