Audiosfera, inmersión sonora

Audiosfera, inmersión sonora

Ir al museo a escuchar música, mucha música experimental de las últimas cuatro décadas. ‘Audiosfera. Experimentación sonora 1980-2020’ es una exposición auditiva, comisariada por Francisco López, en la que no se exponen obras artísticas materiales ni existe una sola imagen de nada: pretende mostrar al visitante el vasto y dinámico universo del audio experimental, con más de 700 obras sonoras del planeta global. La primera exposición de estas características que se realiza en el mundo. No es de extrañar por las dificultades que comporta de exposición y de comprensión por el público

La muestra, que funciona a modo de segunda parte de ‘Disnotata’ (ver nuestra reseña), presentada hace pocos días, quiere profundizar en el salto histórico de lo analógico a lo digital, y sumerge al visitante en una experiencia sensorial singular a través de una heterogénea recopilación de pistas sonoras distribuidas en siete espacios temáticos que el público puede escuchar como le parezca oportuno. Se ha configurado un ambiente expositivo especial de diseño y mobiliario que invita a una escucha atenta, profunda y sin interferencias. 21 piezas sonoras han sido realizadas expresamente para esta ocasión. Para el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, ‘al situar la escucha en el centro de la exposición, lo que la muestra busca es desbordar lo expositivo para convertirse en un espacio de experiencia que, al tiempo que funciona como puerta de acceso al multiforme universo del audio experimental, permite al visitante establecer una interacción abierta y directa con los contenidos que alberga’. En los años ochenta fue posible el acceso masivo a herramientas de producción y edición musical, como el casete o los sintetizadores, pero fue la irrupción de Internet lo que supuso un punto de inflexión que vino a facilitar el trabajo colectivo de los artistas de este movimiento creativo, la expansión sin fronteras del mismo y una mayor repercusión dentro del ámbito artístico y cultural contemporáneo actual.

Hay que citar un par de precedentes importantes, especialmente ‘Escuchar con los ojos. Arte sonoro en España, 1961-2016’ (ver nuestra reseña de entonces), comisariada por José Iges y José Luis Maire, y también ‘Charivaria, una exposición sobre el sonido en el espacio público’ (ver nuestra reseña de entonces), comisariada por José Luis Espejo y Andrea Zarza en 2017 en CentroCentro. Diferencias y semejanzas, méritos y deméritos de ambas merecen ser consultados para colocarse en disposición.

Se ha diseñado una aplicación móvil que mediante ‘beacons’ (pequeños dispositivos de localización en interiores que utilizan tecnología Bluetooth de bajo consumo) y unos auriculares, permiten la audición en alta definición según se avanza por las distintas secciones. En base a geolocalización, cada vez que se cambia de sección se tiene acceso a una introducción explicativa y a continuación a los contenidos concretos, alrededor de 70 audios en cada sala, de los que se puede optar por una selección reducida y se pueden oír desde completos a unos segundos de muestra. Con la app gratuita Audiosfera también el usuario podrá solicitar, a través de su correo electrónico, la descarga del catálogo de la exposición en formato de archivo pdf.

Que haya coincidido con la segunda ola del virus chino ha sido muy mala suerte, porque la mascarilla es un engorro importante en los ambientes en penumbra por los que hay que circular. No más de 140 personas al mismo tiempo en un recorrido extenso de cinco mil metros cuadrados. El principal problema de la propuesta es la enorme oferta auditiva que para ser experimentada en su totalidad necesitaria de días y días de visita atenta. Veamos lo que ofrece:

Bajo la denominación de ‘Genealogías’, la primera sala se centra en el impacto de la cultura popular (rock, pop, punk y música electrónica) y del uso de las tecnologías más o menos caseras en los años 80 como referencias obligadas para el desarrollo del audio experimental, así como la redefinición del papel del creador, diferenciado del clásico músico o compositor, al que están contribuyendo miles de artistas sonoros. El siguiente espacio, ‘Redes’, hace hincapié en este factor esencial del surgimiento y desarrollo del audio experimental. Según el comisario Francisco López ‘esto no se refiere al caso restringido de las redes sociales actuales, ni tampoco únicamente al mundo pos-Internet en general. Las múltiples ramificaciones underground del pospunk, la denominada ‘industrial culture’ y los globales ‘home-music network’ y ‘cassette culture’ son ejemplos pre-Internet prominentes de la explosión del audio experimental social’.

La sala ‘Mega-accesibilidad’ se centra en las posibilidades que ha brindado la tecnología, especialmente la digital, al audio experimental. Lo remarca López al señalar que “uno de los procesos más transformadores y menos reconocidos que ha tenido lugar durante las últimas décadas es el de la socialización masiva de la tecnología creativa’. Así, las actuales herramientas digitales han hecho posible el intercambio instantáneo entre los creadores y un incremento exponencial de agentes y unidades de difusión autónomas. Continuando el recorrido de la exposición, en ‘Ciborgización’ se pone el acento en la incorporación de herramientas para una mayor inmediatez de los procesos creativos. El concepto tradicional de instrumento y de virtuosismo interpretativo se han volatizado y la ciborgización o interacción con la máquina es más y más estrecha.

En el espacio ‘Estetogénica’ se aborda la generación incesante de nuevas estéticas. Algunas son conocidas con denominaciones como “música industrial”, “cassette culture”, “noise music”, “power electronics” o “drone”, entre otras; muchas han dado lugar a subculturas cuyo denominador común es cierto rechazo hacia lo académico, de manera que cualquier creador puede innovar al margen de lo comercial. En el apartado denominado ‘Derechos’ se aborda la proliferación de autores que está revolucionando el audio experimental gracias al derecho a la creación y la distribución autónomo de sus creaciones, a diferencia de otros campos sometidos a las modas de la industria. La exposición cierra con la sección ‘Recombinación’, la única sala donde las obras pueden escucharse en abierto. Este espacio está dedicado a destacar la importancia de la mezcla o remix de materiales sonoros para la creación de nuevas piezas.

Bien, de esta somera explicación pueden deducirse los principales problemas de la propuesta: un nivel teórico muy elitista y un enfoque centrado en lo vanguardista y experimental que margina prácticamente el enorme y deslumbrador panorama de nuevas músicas ‘de consumo’, es decir para disfrutar de ellas, que ha generado. El uso obligatorio de mascarilla no beneficia precisamente su disfrute y será interesante conocer la respuesta del público a tamaño desafío.

Audiosfera es la punta resbaladiza e incómoda de un enorme iceberg que más allá de las catregorías convencionales de la música del siglo XX -clásica, pop, folclórica, étnica, etc- supone una galaxia de propuestas donde se recombinan e interactúan los más diversos elementos, haciendo ya imposible una clasificación ortodoxa por las etiquetas que se han ido creando, como tecno, neoclásica, ambiental, minimalista, etc., desbordadas en decenas de mezclas y derivaciones. Es un nuevo mundo musical que ha fusionado lo clásico y lo popular en una síntesis que coge nuevos bríos cada día, y que mezcla ruidos infinitos de la vida, la actividad humana y la naturaleza, sonidos inclasificables reales y artificiales, instrumentos clásicos y novedosos, voces cultivadas y gritos guturales en un totum revolutum de final resultado armonioso, motivador y enriquecedor espiritual e intelectualmente. Todo un universo al que el Reina Sofía debería dedicar una tercera fase, una ampliación de su proyecto para completarlo.

El organizador de la propuesta, Francisco López (Madrid, 1964), es a su vez músico experimental y artista sonoro, quizás el más conocido y experimentado de la vanguardia electro acústica española. Su discografía contiene varias decenas de álbumes y su estilo y preferencias han marcado sin duda la selección; mantiene en la Red SONM, Fonoteca de Música Experimental y Arte Sonoro, una vasta colección formada a lo largo de treinta años con miles de artistas de todo el mundo. y opinaba, entrevistado en 2010: ‘Más que hablar de tendencias, veo la situación actual como una especie de big bang de las prácticas sonoras no ortodoxas y, lo que es más importante, no reguladas o dirigidas académicamente’. Estamos totalmente de acuerdo: que pronto alguien/algunos se atrevan a trazar el plano, a levantar un mapa de la música de hoy día.

Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 6
Despliegue: 7
Comisariado: 6
Catálogo: 7 (digital)

Museo Reina Sofía (Madrid). Edificio Sabatini. 3ª Planta.
Audiosfera. Experimentación sonora 1980-2020
13 de octubre de 2020 – 11 de enero de 2021
COMISARIADO: Francisco López
COORDINACIÓN: Rafael García

NOTA: El dispositivo móvil y los auriculares que se facilitan al público que acceda a la exposición, cuentan con todas las medidas higiénicas necesarias, siendo debidamente tratados después de cada uso.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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