‘I tre gobbi’, tres gibosos y un compositor llamado Manuel García

'I tre gobbi', tres gibosos y un compositor llamado Manuel García

Una ópera de salón de hace dos siglos con cinco personajes y un piano para llevar a escena un enredo de amores interesados y enamoramientos cómicos iluminado por una partitura sobresaliente.

Uno de los más famosos tenores europeos de la época, el sevillano Manuel García (1775-1832) compuso cinco amenas y exigentes piezas de pequeño formato para lucimiento de sus alumnos de canto en veladas de alto copete. Esta es la tercera que programa la Fundación Juan March en su ciclo de teatro musical de cámara iniciado en 2014. Su extraordinaria capacidad vocal le había paseado por los principales teatros de Francia, Italia e Inglaterra, para culminar su trayectoria en Nueva York y México, mientras componía un nutrido catálogo de obras escénicas, en su mayoría aún inéditas. Retirado de los escenarios, se concentró en la docencia y con ese objeto compuso estas piezas para voces y piano en los últimos años de vida; fueron concebidas para mostrar en sociedad las capacidades vocales de sus alumnos, lo que explica la escritura virtuosística de muchos pasajes y la dificultad técnica de su ejecución. Tras haber presentado dos de estos títulos -Le cinesi en 2017 (ver nuestra reseña de entonces) e Il finto sordo en 2019 (ver nuestra reseña de entonces)-, la Fundación Juan March y el Teatro de la Zarzuela añaden ahora I tre gobbi, a la que seguirá en diciembre la representación de Un avvertimento ai gelosi.

García hizo sus libretos en italiano, carente de salida en español para sus creaciones; su enorme experiencia en los escenarios, sus amplios conocimientos del arte del canto, le permitieron forjar un cierto estilo propio fusionando la tonadilla española con la ópera cómica francesa y el belcantismo italiano. Algunos de sus mejores discípulos dominaron la escena teatral europea de la época. Entre ellos se encontraban sus hijos: Manuel Patricio García, María Malibrán y Pauline Viardot (a esta última la Fundación le dedica un ciclo de conciertos a finales de otoño).

Para este proyecto, García escogió un libreto del dramaturgo Carlo Goldoni (1707-1793), una comedia de enredo, una historia cómica sobre las pretensiones de tres ricos caballeros, los tres jorobados que ya es casualidad, para conquistas los favores de Madama Vezzosa, una ambiciosa señoritinga a la que solo interesa escalar posición y disponer de cuanto más dinero, mejor. Sucesivamente aparecen en escena el marqués Parpagnacco, el barón Macacco que encima es tartamudo, y el fatuo conde Bellavita, y se turnan en ofrecimientos a la casquivana que les despacha con buenas palabras, falsas promesas y los regalos que van cayendo, en escenas muy manidas que rozan el tedio. Pero en la segunda parte, la acción se dinamiza porque entre el afán posesivo de Parpagnaco y Bellavita, a punto de batirse poir la dama, se impone la postura transigente de Macacco que basa sus cartas desde el primer momento en no aspirar a la fidelidad de Vezzosa sino a una tolerante componenda. Será la posición que se imponga al explicarla claramente la madama disfrazada de criada, y que aceptarán los otros dos pretendientes, y así tendremos no ya un habitual triángulo sino un cuarteto amoroso, bastante escandaloso para aquella época y quizás también para la nuestra.

Con una buena dirección escénica de José Luis Arellano, la escenografía de Pablo Menor Palomo elige un marco de plástico rojo con paneles deslizantes al fondo que mutan entre escaparate, espejo y decorado floral en continua metáfora del reinado de apariencias que desfila en el escenario, por detrás de los cuales aparecen ocasionalmente los personajes fuera de escena. Un sirviente/esclavo/amante que ni habla ni canta, que se contorsiona y mueve sillas, completa el reparto, que porta un cuidado vestuario de época con casacas floridas para ellos y enorme miniñaque para la protagonista.

Rubén Fernández Aguirre se ocupa con absoluto dominio de la dirección musical y de interpretar al piano con precisión y gusto una partitura que cumple a las mil maravillas con el entramado musical sin que se eche en falta más despliegue orquestal. La soprano Cristina Toledo es la protagonista absoluta de la pieza, por lo extenso de su intervención vocal (con un destacable doblete disfrazada de sirvienta) y por su presencia actoral en una Vezzosa falsa de toda falsedad, avariciosa en lo material y manipuladora en lo sentimental, paradigma de esa clase de mujer tan frecuente entonces y ahora, causa y efecto de unas relaciones defectuosas entre los géneros que se quieren superar. Los barítonos Javier Povedano y David Oller, y el tenor David Alegret se desempeñan con acierto vocalmente y cumplen actoralmente con sus bufonescos personajes, exageradamente bufonescos querríamos añadir. El socorrido sirviente que interpreta Andoni Larrabeiti resulta un recurso a menudo redundante que no nos termina de convencer.

Digamos para resumir que esta I tre gobbi es una excelente obra musical de pequeño formato, aceptable de partida y muy perspicaz de desenlace, puesta en escena de forma lujosa pero un tanto convencional, que hace pensar en las posibilidades de este músico español de no haberse visto tan limitado por la edad y la falta de ambiente propicio. Manuel del Pópulo Vicente García, -Manuel Rodríguez Aguilar por los apellidos de sus padres-, se instaló en París mientras los españoles se batían contra las tropas invasoras de Napoleón, emigrante que nunca retornó a su patria, sus composiciones nunca alcanzaron el éxito de sus interpretaciones, aunque su mayor legado a la posteridad fueron sus brillantes hijos. Un personaje que merecería atención.

Escribe James Radomski, profesor de Historia de la Música en la Universidad del Estado de California de San Bernardino y el mayor experto en nuestro compatriota, sobre el que ha publicado una biografía en 2002 (Música Hispana. Textos): ‘García no era solo otro imitador de Rossini, sino un genio musical único con una tremenda comprensión de la voz, el estilo y el drama, todo lo cual es buena tarjeta de visita para ser compositor teatral exitoso. Tanto Ernesto Palacio como Teresa Berganza han lanzado grabaciones de canciones de García y estas exhiben un considerable encanto y sentido del estilo español. En 2005, su ópera de salón L’isola disabitata (escrita para sus estudiantes en 1831) se estrenó en la Universidad de Wake Forest en Carolina del Norte con un éxito atronador. Se reconoció que tanto el drama como la música tenían la calidad suficiente para conmover a la audiencia del siglo XXI. La obra El poeta calculista se ha registrado en una excelente interpretación de Mark Tucker. Su Don Quijote fue bien recibido en su estreno en Sevilla en 2007. En 2008 se representó La mort du Tasse en versión concierto en esta misma ciudad. Con un mayor interés público, estamos seguros de que escucharemos más música de García en el futuro’.

Posdata.- Mientras esperamos sentados a que el Teatro Real o el Teatro de la Zarzuela se decidan a acometer alguno de los muchos títiulos operísticos de este gran García, mister Bianco, Daniel, podía valorar la posibilidad de incluir en sus tostonazos ciclos de Lied alguna cosita española, por ejemplo las canciones de este García que Teresa Berganza grabara en 1996 o cosas parecidas de nuestro abandonado repertorio.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Música: 7
Libreto: 7
Dirección musical: 9
Interpretación: 8
Dirección artística: 7
Puesta en escena: 7
Producción: 9
Documentación a los medios: 8

Fundación Juan March
Teatro Musical de Cámara
I tre gobbi, de Manuel García
José Luis Arellano, dirección de escena
Rubén Fernández Aguirre, dirección musical y piano
Del 26 sde septiembre al 3 de octubre de 2021
Coproducción con Teatro de la Zarzuela

Reparto
Madama Vezzosa – Cristina Toledo, soprano
El conde Bellavita – David Alegret, tenor
El barón Macacco – David Oller, barítono
El marqués Parpagnacco – Javier Povedano, barítono
Un sirviente – Andoni Larrabeiti, actor y bailarín

Escenografía Pablo Menor Palomo
Vestuario Ikerne Giménez
Iluminación David Picazo
Coreografía y ayudante de dirección Andoni Larrabeiti
Coordinación de producción y maestra de luces Raquel Merino
Coordinación escenográfica y utilería Cristina Martín Quintero
Caracterización Sara Álvarez, Daniel Gómez y María Jesús Reina
Ayudante de vestuario Lua Quiroga
Ambientación de vestuario Áurea Morán y María Calderón
Sastrería Plácida Molina
Realización de escenografía Readest Montajes
Realización de vestuario Gabriel Besa
Sobretitulado Estéfano Cerami
Maestro repetidor y piano Ricardo Francia
Revisión y traducción del texto Beatrice Binotti
Edición musical (inédita) Belcanto Opera Festival Rossini in Wildbad

Domingo 26 de septiembre de 2021, 18:30h
Miércoles 29 de septiembre de 2021, 18:30h
Sábado 2 de octubre de 2021, 12:00h
Domingo 3 de octubre de 2021, 12:00h
Representaciones para público escolar los días 28 y 30 de septiembre y 4 de octubre
Duración: 1h 30m
Entrada gratuita. 200 invitaciones disponibles online. El resto, hasta completar aforo, se reparten en taquilla una hora antes del acto.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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