Esta es la vida secreta de los árboles

Esta es la vida secreta de los árboles

Si estos seres vegetales nunca le han importado, quizás este documental sea un plato indigesto. Pero si siente su atracción, si le gustan y disfruta mirándolos y sintiéndolos cerca, se le abrirán horizontes insospechados tras los noventa minutos en los un guarda forestal alemán va a explicarle lo mucho que sabe sobre ellos.

Cuando Peter Wohlleben publicó su libro del mismo título en 2015, casi nadie había escrito antes a fondo sobre este tema al margen de estudios científicos, aunque el asunto es un clásico del movimiento Nueva Era, de los creyentes en la entidad Gaia, la Madre Tierra, y de conservacionistas y amantes de la naturaleza: que el reino vegetal está efectivamente vivo, que las plantas nacen, crecen y mueren como las personas, que incluso sienten, sufren y se alegran a su manera. Ya lo cantaba Stevie Wonder en los años setenta en un célebre album de enorme impacto entonces, The Secret Life of Plants.

El libro de Wohlleben tuvo un éxito internacional, y erá lógico que se convirtiera en un documental. Muy bien realizado, repleto de imágenes bellas y sorprendentes que nos descubren los misterios de estas asombrosas entidades vivientes, de cómo son individuos tan diferenciados como las personas y cómo forman entidades colectivas comparables a las sociedades humanas. Salvando las distancias, claro. Wohlleben explica todos sus descubrimientos sobre el comportamiento de los árboles, sobre su paraiso perdido de los bosques primigenios, y defiende que la silvicutura actual debe cambiar a formas más respetuosas, ahora que cada vez más necesitamos a estos compañeros para mitigar el cambio climático. Lo hace de forma sencilla y amena en visitas a bosques de hayas -su árbol favorito- y de coníferas, con las que se repobló el continente en la edad industrial; viaja a Suecia a visitar al árbol más antiguo del mundo, un abeto descarnado de diez mil años; visitará Vancouver donde en los bosques propiedad de los escasos habitantes autóctonos se enfrentan los procedimientos habituales de las compañías madereras con las utopías ambientales; y hasta acude a una manifestación ecologista que se opone a la tala prevista de un bosque famoso.

Mientras que aquí los amigos de los árboles nos conformamos con que existan, aún en penosas condiciones, con que crezcan en las ciudades y en los campos aunque sea con repoblaciones incorrectas, el discurso de Wohlleben es mucho más avanzado, pues no se conforma con esto, sino que plantea hacerlo mucho mejor en función de lo que ha ido descubriendo en décadas de trabajo de campo sistemático. Por eso quizás el tono general del documental adquiera por momentos niveles sesudos que inquieten a un espectador no interesado. Diríamos coloquialmente que es un documental ‘muy alemán’ y con eso nos entendemos todos. Muy alemán quizás por intelectualmente sobrio y complejo pero también por visual y técnicamente bien realizado.

Peter Wohlleben es un convencido del cambio climático de origen humano y de sus efectos catastróficos a corto plazo y cree que solo podremos sobrevivir si los bosques primitivos repueblan Europa. Puede considerársele maximalista, catastrofista y otros ‘istas’, pero parece un hombre sosegado que se expresa con sencillez, todo lo contrario de esos ecologistas sobrevenidos que extrasermonean mientras hiperconsumen.

Este viaje iniciático al cuerpo y alma de los árboles debería ser de visión obligatoria para concejales de medio ambiente y excursionistas domingueros. En Alemania después de arrasarlo todo con la industrialización y el desarrollismo llevan décadas en dirección contraria. En España podemos hacerlo mucho mejor que hasta ahora. Necesitamos muchos más árboles.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 7
Dirección, 7
Guión, 7
Imagen, 8
Montaje, 8
Producción, 8
Documentación a los medios, 5

La vida secreta de los árboles
GÉNERO Documental
NACIONALIDAD Alemania
DURACIÓN 96 min
AÑO 2021

DIRECCIÓN JÖRG ADOLPH
GUIÓN JÖRG ADOLPH
IMÁGENES NATURALEZA JAN HAFT
FOTOGRAFÍA DANIEL SCHÖNAUER
MONTAJE ANJA POHL
ILUMINACIÓN Y ARTE FRIEDRICH VON SCHOOR & TAREK MAWAD
SONIDO Y MONTAJE DE SONIDO MICHAEL KRANZ
PRODUCTOR FRIEDRICH OETKER
PRODUCTOR EJECUTIVO MARTIN MOSZKOWICZ
PRODUCCIÓN EJECUTIVA CHRISTINE ROTHE

DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Wohlleben sostiene que para salvar los bosques del mundo primero debemos reconocer que los árboles son «seres maravillosos» con adaptabilidad innata, inteligencia y la capacidad de comunicarse con otros árboles y curarlos. Como estudiante en la escuela forestal, Peter Wohlleben fue entrenado para considerar los árboles exclusivamente como un producto económico. Pero después de unirse a una agencia forestal alemana y administrar un bosque comunitario, pronto se desilusionó con prácticas como la tala rasa, el uso de productos químicos y la cosecha mecánica que anteponen las ganancias a corto plazo a la sostenibilidad. Finalmente fue contratado por el alcalde local para cuidar el mismo bosque de una manera ecológica. Hoy maneja el bosque sin usar insecticidas ni maquinaria pesada, y los árboles son cosechados a mano y arrastrados por caballos. Dice:

‘Son organismos sofisticados que viven en familias, apoyan a sus vecinos enfermos y tienen la capacidad de tomar decisiones y luchar contra los depredadores. Ha sido criticado por antropomorfizarlos, pero Wohlleben sostiene que para tener éxito en la preservación de nuestros bosques en un mundo que se calienta rápidamente, debemos comenzar a ver los árboles desde una perspectiva completamente diferente. A los estudiantes de silvicultura se les enseña cómo cosechar madera, qué máquinas usar, cómo afilar la hoja de una motosierra, cómo vender la madera, qué precio esperar, eso es todo. Tuve que aprender cómo mirar más de cerca a los árboles, para verlos como individuos únicos. También comencé a leer las últimas investigaciones científicas que comenzaron a presentarme una nueva imagen de los árboles como seres altamente sensibles y sociales.

‘Como forestal, aprendí que los árboles son competidores que luchan entre sí por la luz, por el espacio. Pero ahora estamos aprendiendo que los individuos de una especie en realidad están trabajando juntos, cooperando entre sí. Una cosa es que los árboles madre amamantan a sus hijos, alimentan al árbol joven con la cantidad suficiente de azúcares producidos por su propia fotosíntesis para evitar que muera. Los árboles de un bosque de la misma especie están conectados por las raíces, que crecen juntas como una red. Las puntas de sus raíces tienen estructuras similares a un cerebro muy sensibles que pueden distinguir si la raíz que encuentra en el suelo es su propia raíz, la raíz de otra especie o las raíces de su propia especie. Si encuentra su propia especie, no sé si los científicos saben todavía cómo sucede esto, pero hemos medido con moléculas de azúcar marcadas radiactivamente que hay un flujo de árboles sanos a árboles enfermos para que tengan la misma medida de alimentos y energía disponibles. En el bosque que administro, estudiantes de la Universidad de Aachen hicieron un estudio que muestra que las partes del bosque que crecieron naturalmente eran 3 grados C más frías que las que son manejadas y perturbadas por humanos.

‘El mundo está tratando de limitar el calentamiento por el cambio climático a 2 grados, pero los bosques manipulados pueden hacerlo incluso mejor que eso. Los bosques crean su propio microclima. Cuando raleamos los bosques, sube la temperatura, baja la humedad, aumenta la evaporación y todos los árboles empiezan a sufrir. Por eso, los árboles tienen interés en apoyarse unos a otros para mantener saludables a todos los miembros de la comunidad.

‘Sabemos que los árboles también intercambian información. Cuando un árbol es atacado por insectos, podemos medir las señales eléctricas que pasan a través de la corteza hacia las raíces y desde allí a las redes de hongos en el suelo que alertan a los árboles cercanos del peligro. Los árboles pagan por este servicio suministrando a los hongos azúcares provenientes de su fotosíntesis. Y los hongos, a su vez, protegen a sus árboles huéspedes de los ataques de otras especies peligrosas de hongos y de la contaminación por metales pesados.

‘Los árboles también envían señales químicas a través del aire cuando son atacados por insectos. Los árboles cercanos reciben estos mensajes y tienen tiempo para preparar sus defensas. Científicos como Suzanne Simard [que enseña silvicultura en la Universidad de Columbia Británica en Vancouver] han etiquetado esta asombrosa red de comunicación como Wood Wide Web.Tuvimos una gran sequía aquí. En los años siguientes, los árboles que habían sufrido la sequía consumieron menos agua en la primavera, por lo que tenían más disponible para los meses de verano. Los árboles toman decisiones. Pueden decidir cosas. También podemos decir que un árbol puede aprender y puede recordar una sequía durante toda su vida y actuar sobre esa memoria siendo más cauteloso con el uso del agua.

‘Aproximadamente en uno de cada 50 casos, vemos estas amistades especiales entre árboles. Este tipo de asociación es bien conocido por los forestales. Saben que si ves a una pareja así, realmente son como una pareja humana; tienes que cortar ambos si cortas uno, porque el otro morirá de todos modos. Los árboles tienen tanto carácter como los humanos. También ejercen juicios independientes, que pueden diferir. Si los árboles pierden sus hojas demasiado pronto, es posible que no produzcan suficiente alimento para un largo invierno. Si los mantienen por mucho tiempo, pueden quedar atrapados en una tormenta de nieve temprana y el peso de la nieve puede romper sus ramas. Algunos árboles de la misma especie y edad que viven uno al lado del otro arrojan sus hojas semanas antes que sus vecinos. No estoy seguro de por qué algunos eligen hacer esto antes y otros más tarde, pero muestra que realmente hay diferencias de carácter que no podemos explicar fácilmente.

‘Los humanos somos animales emocionales. Sentimos cosas, no solo conocemos el mundo intelectualmente. Por eso utilizo palabras de emoción para conectarme con la experiencia de las personas. La ciencia a menudo elimina estas palabras, pero luego tienes un idioma con el que la gente no puede identificarse, que no puede entender. Esa es una de las razones por las que la mayoría de las investigaciones científicas tienen tan poco impacto en las personas. Si solo escribiera técnicamente sobre “procesos bioquímicos”, la gente se aburriría rápidamente y dejaría de leer. Hemos estado viendo la naturaleza como una máquina. Es una pena porque los árboles se malinterpretan. Los vemos simplemente como productores de oxígeno, como productores de madera, como creadores de sombra. Siempre le pregunto a la gente: «¿Quién pensaría, digamos, en elefantes en esos términos?»

‘Tenemos este sistema de castas esencialmente arbitrario para los seres vivos. Decimos que las plantas son la casta más baja, los parias porque no tienen cerebro, no se mueven, no tienen grandes ojos marrones. Las moscas y los insectos tienen ojos, por lo que son un poco más altos, pero no tan altos como los monos y simios, etc. Esta clasificación jerárquica de seres vivos es totalmente acientífica. Las plantas procesan la información como lo hacen los animales, pero en su mayor parte lo hacen mucho más lentamente. ¿La vida en el carril lento vale menos que la vida en el carril rápido?

‘Los humanos estamos debilitando los ecosistemas al cortar madera indiscriminadamente. Destruimos las estructuras sociales de los árboles, destruimos su capacidad de reaccionar al cambio climático. Aquí en Alemania, hemos plantado abetos para reemplazar las hayas. Ahora es demasiado seco y cálido para el abeto, por lo que esos bosques están fallando en gran parte de nuestro país. Es porque hemos plantado las especies equivocadas para el clima. Necesitamos dejar que la naturaleza se cure y recupere el equilibrio con las especies de hoja ancha que son naturales de nuestra región, como los robles y hayas.

‘Los sistemas naturales, con una variedad de especies, son mucho más resistentes. Si bien es cierto que los árboles pueden crecer más rápido cuando eliminamos a sus camaradas, debido a que más luz solar significa más fotosíntesis, en realidad crecen demasiado rápido para su propio bien. Los árboles deberían crecer muy lentamente en los primeros 200 años, lo que podemos llamar su juventud. Si crecen demasiado rápido al principio, desperdiciarán toda su energía en el rápido crecimiento y se quedarán sin aliento, agotados y morirán temprano. Es similar a la producción industrial de carne donde un cerdo, por ejemplo, se alimenta demasiado para que crezca prematuramente y en cinco o seis meses se puede vender y sacrificar. Pero los animales no son saludables. En Alemania, por ejemplo, los árboles crecen un 30 por ciento más rápido que hace décadas. Pero como dije, el crecimiento más rápido hace que los árboles sean menos saludables y más susceptibles a las enfermedades. La madera también es de menor calidad, por lo que el precio que obtenemos por ella está bajando. Las células de estos árboles de rápido crecimiento se vuelven más grandes y más susceptibles a los hongos. Una pequeña herida puede hacer que se pudran, lo que los mata.

‘¿Entonces los métodos de baja tecnología son en realidad más rentables? Sí, están funcionando bien en todo el mundo; en el Amazonas, incluso en los EE. UU., Algunos propietarios de bosques están trabajando con estos métodos. Recomendamos cultivar solo especies de árboles que sean naturales del área. También aconsejo no hacer ningún corte claro, no matar los árboles madre que están protegiendo a sus hijos, dejar intactas a las familias. No use maquinaria pesada y elimine los pesticidas y otros químicos tóxicos que matan los insectos y microorganismos beneficiosos en el suelo. Estas son las claves para mantener un bosque exitoso y duradero’.

Entrevista a Peter Wohlleben, LosArbolesMagicos.es. Publicado originalmente por Yale Environment 360, Escuela del Medio Ambiente de Yale.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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