Un silencio muy historiado

Un silencio muy historiado

Es sabido que los intelectuales son capaces de teorizar acerca de lo que les echen. Juan Mayorga para entrar en la Real Academia Española se montó un discurso de cuarenta páginas sobre el silencio, y no satisfecho con ello lo recicla en un monólogo teatral con el que Blanca Portillo llega a lo más alto de su carrera de actriz.

El autor, madrileño de 56 años, es uno de nuestros preclaros dramaturgos con 31 obras a la espalda y otros tantos textos teatrales breves además de varias adaptaciones de clásicos, y en abril de 2018 fue elegido miembro de la RAE para el sillón M, ocupado hasta su fallecimiento por el poeta Carlos Bousoño, avalada su candidatura por los académicos Luis María Anson, Luis Mateo Díez y José Manuel Sánchez Ron.​ La real academia fue fundada en 1713 para ‘velar porque la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad’. Ha contado el dramaturgo académico en las muchas entrevistas concedidas estos días que pronto se le ocurrió la idea de llevarlo al escenario, de que lo encarnara otro, y de que ese otro fuera Blanca Portillo. Ella, que también ha sido muy entrevistada, declara haber aceptado sin dudar ni un instante. Y ambos en comandita han montado esta difícil pieza, un desafío de casi cien minutos en el que no pasa nada más que alguien perorando en un salón vacío desde una mesita lateral ante el estrado de la presidencia del acto y un par de filas de sillas donde se supone que están sentados sus ilustres colegas y algunos invitados.

Asó lo resume Mayorga: ‘Vestido con un traje de etiqueta dentro del que no acaba de sentirse cómodo, el dramaturgo va a ingresar en la Academia pronunciando un discurso titulado Silencio. Sus oyentes son los otros académicos y las personas que han venido a acompañarlo esta tarde. Ha elegido hablar sobre el silencio en la vida y en el teatro. También viajar por silencios teatrales que resuenan en su memoria y en su cuerpo. Igual que a los espectadores, esos silencios pueden enfrentarle con los de su propia vida. Quizá tenga, en cada momento, la tentación de callar. Quizá el silencio, que soporta el discurso y sobre el que el discurso indaga, ponga el discurso en peligro. Quizá lo más importante sea, para quien pronuncia el discurso y para quienes lo reciben, por encima y por debajo de las palabras, escuchar juntos el silencio’.

El discurso no tiene mayor qué, un texto ocurrente repleto de recuerdos y de citas hilvanados con mayor o menor fortuna que termina como pueden suponer sin conclusión alguna: ‘Pero más vale que simplemente me calle. No abusaré más de la vanidad de la palabra y de su paciencia. Es momento de liberarles de su silencio y de guardarlo. Muchas gracias’. Un texto en su mayor parte convencional, con muchas referencias a los intríngulis del mundillo teatral que pueden resultar curiosos a los profanos, incluidos académicos, entre los que por cierto figura José Luis Gómez, al que Mayorga no hace mención, el cual se hizo famoso con el ‘Informe para una Academia’ de Franz Kafka que tantas concomitancias presenta con el discurso/monólogo que comentamos.

Todo esto sería una losa más pesada que la de la tumba de Franco en el Valle de los Caídos si no fuera por las buenas artes de Blanca Portillo. Su despliegue de modales, gestos, entonaciones y recursos actorales es de lo más completo que hayamos podido ver sobre un escenario. Gracias a ello, el discurso de marras se mantiene vivo, ayudado por las anotaciones de la actriz, que llegando al final va dando testimonio público de su excesiva duración y con esto y otros recursos meritorios logra llegar sin consumirse ni consumirnos en el intento.

Así que este no es un espectáculo cualquiera, y sobre todo no es una obra de teatro como muchas. El doblete con salto en el vacío sale bien, sale aceptable gracias a la que quizás sea nuestra mejor actriz en estos momentos. Un notable muy alto para Elisa Sanz, Pedro Yagüe, Manu Solís (fundamental el espacio sonoro), y especialmente al maquillaje y la peluquería, es decir a la caracterización de Portillo, obra de Thomas Mikel Nicolas. Una producción destinada a amasar bastantes cientos de miles de euros para mayor gloria del dúo protagonista y sus acertados secuaces.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Texto: 6
Dirección: 8
Interpretación: 9
Escenografía: 8
Producción: 6
Programa de mano: n/h
Información a los medios: 7

Teatro Español
Silencio
Texto y dirección: Juan Mayorga
Con Blanca Portillo
Del 7 de enero al 11 de febrero de 2022

Diseño de espacio escénico y vestuario: Elisa Sanz
Diseño de iluminación: Pedro Yagüe
Diseño de espacio sonoro: Manu Solis
Fotografía: Javier Mantrana
Maquillaje y peluquería: Thomas Mikel Nicolas
Ayudante de dirección: Viviana Porras
Ayudante de escenografía: Sofía Skamtz
Una coproducción de Avance Producciones Teatrales y Entrecajas Producciones Teatrales.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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