Un pintor casi nonagenario que ha ido probando muchos estilos y enfoques, que ha navegado en las fuertes corrientes del siglo pasado y que ahora mira tranquilo desde la orilla. Del realismo de las fachadas de comercios tradicionales a explosiones coloristas abstractas, de collages bien estructurados a esculturas soñadoras, siempre reflejando con honestidad el mundo que veía.
Esta retrospectiva muestra la trayectoria completa de su obra artística desde finales de los años sesenta. Alfredo Alcain (Madrid, 1936) hizo un pop-art genuino y personal sirviéndose de los objetos y los paisajes urbanos que le rodeaban para reflejar la vida corriente con ironía y el paso del tiempo con una serenidad que le ha puesto a las puertas de cumplir noventa años metido en la pintura, desde que a los 17 se apuntó a la escuela de bellas artes. Su obra muestra variada temática y diversidad de soportes y técnicas que van desde el cartel y el collage hasta ni más ni menos que el bordado.

Comisariada por el crítico Mariano Navarro, quien le considera ‘una de las figuras más singulares y a la vez coherentes del arte español contemporáneo. La visita se hace sumamente agradable y el despliegue de la obra resulta muy atractivo. Dejemos que nos la resuma: ‘La planta principal se abre con el cuadro que supuso un punto de inflexión en su obra, ‘A la pintura’, de octubre de 1977, que fue puerta a un ciclo especialmente relevante en su trabajo. Despliega, después, la profundidad y riqueza visual de su fructífero diálogo con Cézanne, haciéndole cómplice de nuestro presente. Aborda, también, su lectura del cubismo, y la progresiva dilución de las figuras de sus bodegones, más sintéticos que analíticos, constantemente dueños del color, en diversos modos de la abstracción, sustentada ésta siempre en su dominio del dibujo y de los ritmos interiores de sus composiciones’.
Y prosigue: ‘El piso superior recorre, por su parte, apuntes significativos de su biografía y el que es, seguramente, el mejor, por comprensivo y ancho de miras, retrato de un país y de una ciudad en unos tiempos inhóspitos. Lo construyó con materiales tan urbanos, inmediatos y elementales como los escaparates y fachadas de los comercios populares, convertidos por el pintor en iconos reveladores de un tiempo y pinturas vigentes en el ser de la pintura. Una coda final ejerce de bucle y nos devuelve “a la pintura” y su historia en la serie de homenajes del artista a aquellos otros maestros que le precedieron y
a varios de sus contemporáneos’.

En la gran sala principal están presentes la serie Cèzanne pétit-point, con diversas reinterpretaciones del clásico bodegón de Cèzanne, o la serie dedicada a naturalezas muertas en la que coexisten obras más clásicas con creaciones más abstractas e, incluso, algunas con relieve, con las que explora lo doméstico y lo banal a través de composiciones tan precisas como evocadoras. Ambas series serían fundamentales en su trayectoria. Y en la balconada de la primera planta algunas cosas sobre su viaje a Roma y muchas fachadas, escaparates y detalles de comercios madrileños, motivo recurrente en su obra en los años setenta y curiosamente también en otros pintores de la época como Amalia Avia, así como obras en las que dialoga con otros artistas y un curioso audiovisual sobre la no menis curiosa historia del altar que instaló en 1970 en el Museo de Arte Contemporáneo Vicente Aguilera Cerni (Villafamés, Castellón) y que se ha convertido en un altar de verdad en el que la gente ora y deja testimonios.
Alfredo Alcain ha celebrado más de un centenar de exposiciones individuales y participado en numerosas muestras colectivas, y entre sus premios figura el Nacional de Artes Plásticas de 2003. Su sencillez y la de su obra, su realismo sin acritud ni sesgos políticos, no han sido demasiado reconocidos por los mandarines del sector y esta retrospectiva se hace muy justa y necesaria. En una poesía de 1995 titulada ‘A veces me parece’, incluía estos versos:
‘Pinceladas como pedaladas
seguir la carretera, la pintura
con la perplejidad y el asombro de vivir,
con la alegría y la tristeza
poco a poco, día a día
sin saber por qué se pinta
¿para atrapar qué?
¿para dejar huellas, marcas, signos?
¿para explicarnos a nosotros mismos?
sin entender para qué se vive
caminar, pedalear
pintar, vivir.’.
Aproximación a la propuesta (del 1 al 10)
Interés: 8
Despliegue: 8
Comisariado: 8
Catálogo: 8
Programa de mano: no hay
Documentación a los medios: 8
‘Alfredo Alcain. Una retrospectiva’
Del 10 de septiembre de 2025 al 11 de enero de 2026
A cargo de Mariano Navarro
Diseño y dirección de montaje Andrés Mengs
Sala de exposiciones Alcalá 31

