‘Historias de Pekín’, David Kidd

'Historias de Pekín', David Kidd

Historias de Pekín
David Kidd
Ed. Libros del Asteroide
PVP 17,95 euros
240 páginas

David Kidd vivió durante cuatro años (desde 1946 a 1950) en la ciudad de Pekín; en 1949, cuando los comunistas acababan de llegar al poder, se casó con la hija de una aristocrática y acaudalada familia china, y pasaría el tiempo que le restaba en la ciudad instalado en la mansión familiar de su esposa. Allí se convertiría en testigo de la desaparición de la China milenaria: la revolución iba a suprimir rápidamente las antiguas tradiciones y las viejas formas de vida. Este libro contiene sus memorias de aquellos años: el retrato íntimo de un mundo elegante y refinado, de viejas costumbres milenarias, un retrato memorable y conmovedor porque el mundo que en él se describe iba a ser implacablemente destruido.

“Siempre tuve la esperanza –nos dice Kidd– de que algún académico joven y brillante se interesaría por nosotros y por nuestros amigos chinos antes de que fuera demasiado tarde, de que estuviéramos todos muertos y las maravillas que habíamos contemplado quedaran sepultadas en el olvido. Pero este joven no ha aparecido y, por lo que sé, soy el único cronista con material de primera mano sobre esos años extraordinarios que vieron el final de la vieja China y los comienzos de la nueva.” En este libro, Kidd consigue que todos esos sucesos extraordinarios vuelvan a la vida.

Biografía
David Kidd (1927-1996) nació en Corbin, Kentucky. A finales de 1946, tras licenciarse en la Universidad de Michigan donde había estudiado Cultura China, se marchó a la Universidad de Yenching, en Pekín. Allí estudió poesía china y dio clases de inglés en la Universidad de Qinghua. Vivió en Pekín durante cuatro años –incluyendo los de la toma del poder por los comunistas–, en el transcurso de los cuales se empapó de la cultura artística del país, frecuentó a ilustres expatriados como John Blofeld o William Empson y conoció a la que sería su esposa. Su matrimonio con Aimee Yu, una joven de la aristocracia pequinesa, le permitiría conocer de primera mano el desmoronamiento de la antigua China. En 1950 Aimee y David abandonaron Pekín camino de Estados Unidos. En este país Aimee comenzó su carrera como física, mientras que David enseñó en el Asia Institute de Nueva York hasta 1956, año en que se instaló en Japón. Allí dio clases en las universidades de Kobe y Osaka y se convirtió en un reconocido coleccionista de arte chino y japonés. Más tarde se instaló en Kioto y fundó la Oomoto School of Traditional Japanese Arts.
Sus recuerdos de los últimos días de la antigua China se publicaron en 1960 con el título de All the Emperor´s Horses y volvieron a editarse en 1988, revisados, como Peking Story.

Del prólogo de Manel Ollé (Barcelona,1962), escritor, poeta y profesor de Estudios de Asia Oriental en la Universidad Pompeu Fabra.
Versión íntegra del prólogo disponible en www.librosdelasteroide.com
“David Kidd vivió un momento crucial de la accidentada historia de la China del siglo XX desde una posición insólita. Instalado en el corazón de Pekín, en el interior de la inmensa y lujosa pero decrépita mansión de la familia Yu, con sus colecciones de bronces, caligrafías, jades y otras antigüedades, con sus jardines, estanques y pabellones, David Kidd relata el advenimiento del poder comunista sin recurrir en ningún momento a la épica al uso en este tipo de lances. Como una inmensa nave embarrancada en las arenas de la historia, la mansión de los Yu se convierte en un reducto de precaria pervivencia de todo un mundo en extinción.

En tono menor, mezclando evocadores colores elegíacos con pinceladas de eficacísima comicidad, David Kidd evoca aquellos convulsos años a través de relatos vivaces y apuntes al natural, evitando sermonear, dejando que los detalles y los pequeños gestos hablen por sí solos. Son especialmente vibrantes los retratos de los habitantes de la mansión, intentando mantener viva la llama de un fuego extinto, organizando ceremonias y fiestas de disfraces desesperadas, intentando ignorar lo que les rodea, jugando al mahjong mientras desde los tejados los vigilan las brigadas populares, custodiando reliquias ya sin valor…

La pasión de David Kidd por el coleccionismo de arte y la promoción de las tradiciones artesanales de Asia Oriental se refleja en estas Historias de Pekín. Presenciamos la extinción de unas formas de vida que se cifran en la imagen de una serie de incensarios de bronce ininterrumpidamente encendidos desde que fueron forjados en plena dinastía Ming, en el siglo XV. La damnatio memoriae, la pulsión iconoclasta y de destrucción de todo lo antiguo que se desata en los pliegues convulsos de todo terremoto histórico, constituye uno de los temas centrales de este libro.”

Sobre este libro se ha dicho…
Las historias de David Kidd han sido una doble iluminación. Su íntima brillantez alumbra milenarios secretos que, más allá de su exotismo y su valor testimonial, resplandecen como obras de arte. Son miniaturas –sencillas, deliciosas, cómicas o melancólicas– que ilustran una catástrofe irreparable: la desaparición de una civilización milenaria y única.
JOHN UPDIKE

El relato de Kidd oscila entre la ficción y la realidad. Parece demasiado bonito para ser real, como las perfectas tramas de las sagas familiares de las grandes novelas chinas y victorianas. Su clímax, sin embargo, el inexistente capítulo final del libro, está escrito por los hechos: el desmoronamiento de un imperio de más de cuatro mil años. Conseguir esto en apenas doscientas páginas es asombroso.

ALBERTO MANGUEL

Otros datos de interés
• Es uno de los pocos libros de memorias con detalles sobre la vida diaria en la China de la revolución comunista.
• El último capítulo del libro recoge un viaje que Kidd realizó en los 80 (la época de la apertura de Den Xiao Ping) y en el que narra su emocionado encuentro con la familia de su mujer, y constata la destrucción de la ciudad llevada a cabo por los comunistas.

Para más información contactar con Luis Solano en el teléfono 93 2802524, [email protected]

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído