Dame tu llave
Leticia Bergé
AMG Editor
198 páginas
9 euros
Supe de Leticia Bergé a través de un artículo de Juan Manuel de Prada en el número 928 de El Semanal. Entonces acababa de publicar «Eres morada«. No hace mucho tiempo, Rafa Marí, en Las Provincias, comentando también este último título suyo, dijo que le he había le había hecho recordar a Silvia Plath, la poeta favorita de mi amiga María Claudia Faverio.
He tenido que recorrer muchas librerías para encontrar esta joya. La poesía no es negocio, pero sin la poesía no hay vida. Hay que aplaudir a estos editores románticos, capaces de tan poético esfuerzo. Conseguido mi botín, considero que ,mi inversión, más en tiempo que en dinero es rentable.
Casi no merece la pena insistir en la juventud de Leticia Bergé -nació en 1991-, puesto que para vivir hacen falta dos cosas, sensibilidad y coraje. Puede alguien decidir armarse con ellas al principio de la vida o no hacerlo nunca. Cuando se siente la vida, porque se ha decido no dejar escapar ni un soplo y además se tiene el arte poético, viene a ocurrir lo que muestra Leticia, que sus versos son intensos, sencillos y directos:
Cuando la tarde está naranja
las mujeres de los sin pan se desvisten
buscando a ricos hambrientos
contenidos en su poema Los sin pan.
En La canción del ángel y el amor, dice:
porque el cuerpo no es eterno/pero el amor, el amor,
el amor lo llevo dentro. Sin duda que no caben las medias tintas con ella.
Como cuando en Gineceo no ahorra adjetivos a cierto tipo de personas:
La mujer venenosa
que trepa por la mentira,
la que dejó su Biblia/no por una gran pasión.
Son versos que no me canso de leer, una y otra vez noto esa fuerza expresiva, que no decae con las sucesivas lecturas. La vida sin poesía sería muy monótona.
Vicente Torres
