Miguel Pato (Periodista Digital)-. Murió en la miseria, olvidado, traicionado por los Borbones a quienes sirvió con lealtad incuestionable. Fernando VII, “el deseado”, se encargó de que tras la guerra de independencia la Historia juzgara a Manuel Godoy como un paleto y traidor a su patria.
Aquel rey confabuló contra su Estado y favoreció el Motín de Aranjuez, inicio de todos los males.
Sus memoria, ahora reeditadas por la Esfera de los Libros trata de dar un paso más allá en la restitución de la reputación de este personaje en el acerbo popular.
La recuperación de esta obra, de la mano del historiador Enrique Rúspoli, llega a las librerías cuando el próximo lunes se conmemora el bicentenario del Motín de Aranjuez (17-19 marzo de 2008), antesala de los sucesos del dos de mayo.
El relato se suma a la labor de los historiadores de restituir la figura de un hombre que comienza hace medio siglo con la publicación de sus memorias íntegras gracias a Carlos Seco Serrano. Porque Manuel Godoy, objetivamente, en la historia de nuestro país
Pretendió modernizar España, llevarla hasta la época de la Ilustración, mantenimiento de las fronteras…
Aquel ánimo de trabajo a favor de su patria y sus reyes se vio truncado por la ambición de Fernando VII de arrebatar el poder a su padre (Carlos IV) en lo que se denominó un golpe de Palacio. Godoy fue en ese momento la pieza que tuvo que caer y los franceses el aliado que “el deseado” necesitaba para llevar a cabo su plan.
Tal y como explica Emilio Rúspoli, fue el Motín de Aranjuez el primer paso para ascender al trono. Pero
Aquel motín fue el desencadenante de todas las desgracias para España.
Propicia la invasión francesa, la Guerra de Independencia, la vuelta al reinado absolutista de Fernando VII, hasta la pérdida de los territorios de ultramar.
No porque aquellas tierras desearan en ese momento desligarse a España. Se independizaron porque eran leales a la Corona Española y no consentían la perspectiva de ser súbditos de alguien como Napoleón.
