
Ficha técnica
Título: El interior del bosque
Autor: Eugenio Fuentes
Editorial: Tusquets Editores
336 páginas
20 euros
La acción transcurre entre Breda, la reserva de El Paternóster y Madrid. Los dos primeros lugares son ficticios y se pueden imaginar perfectamente en algún lugar de Extremadura. Hay una galería interesante de personajes, que se dedican a la pintura, la escultura, son galeristas, abogados, profesores, trabajadores del campo o terratenientes; no falta el detective privado, cuya vida anterior no es muy edificante y sobre quien recae el peso de la acción, o el teniente de la Guardia Civil que ya ha tenido ocasión de comprobar lo peligroso que resulta empeñarse en el cumplimiento del deber, en lugar de hacer como que hace, que le permitiría vivir cómodamente y progresar en su carrera; no obstante, el teniente vuelve a atender los impulsos de su instinto profesional en cuanto tiene ocasión.
Todo comienza cuando Gloria, una pintora de gran calidad, y dotada además de una gran belleza y una personalidad desbordante, aparece salvajemente asesinada en el bosque. Su novio, el abogado Marcos Anglada, contrata al detective privado Ricardo Cupido. La investigación es dificultosa, no hay pistas por ningún lado.
Pero además de la trama policíaca, la novela se adentra también en la psicología de los personajes y la influencia que unos ejercen sobre otros. Compartir unas horas con algunos personajes curiosos, que aparecen esporádicamente, motiva alguna reacción inesperada en otros. La desaparición de Gloria libra a otros de su influjo -que ella ejercía de forma natural, sin pretenderlo-, lo que les hace cambiar sus trayectorias y adoptar otra más acorde con sus personalidades.
Se habla bastante de arte, de pintura y escultura principalmente, desde el punto de vista del creador; de lo que desea hacer, de sus posibilidades y de los recursos con que cuenta. Y también hay personajes que exponen sus originales ideas, como aquella de que en realidad a Franco no le importaba el problema hídrico español, puesto que en ese caso hubiera llevado agua de Galicia o Asturias a Almería, ya que a él no se lo hubiera podido impedir nadie. Hacía los pantanos, según el personaje, para establecer reservas de caza en los lugares más altos.
Vicente Torres
