Ficha técnica
Título: La elegancia del erizo
Autora: Muriel Barbery
Editorial: Seix Barral
368 páginas
21 euros
Cada novela, y sobre todo si su contenido es denso y rico en matices, puede verse desde distintos ángulos. En esta sobrevuela la crítica a la rigidez de las clases sociales. La protagonista de la novela, Renée, es fea y pobre. Su talento natural no le sirve más que para trabajar de portera. Lo hace en un inmueble de París cuyas viviendas son de 400 metros cuadrados. Renée tiene organizadas las cosas de modo que nadie pueda sospechar que tiene una gran cultura.
En ese mismo inmueble vive Paloma, una niña de doce años, superdotada, que también hace grandes esfuerzos para disimular esta cualidad. Quienes saben ponerse en el lugar del prójimo no pueden sino sentir gran emoción a medida que se va poniendo de manifiesto el mundo interior de Renée y Paloma; la simpatía por ambas es creciente.
Los vecinos de la finca tienen con la portera el trato imprescindible y ella tampoco procura hacerse agradable. Paloma es una niña y por tanto no precisa tratar con la portera. Pero llega un día en que se han de ver cara a cara y ambas dos reconocen al primer vistazo la inteligencia de la otra. Hay cosas que no se pueden esconder. La gente no las ve porque no quiere. ¿Puede decirse que es vida la de quien sólo ve lo que lo que le conviene e ignora lo que le resulta desagradable?
Un nuevo personaje, un japonés distinguido y con los ojos abiertos, como Renée y Paloma, adquiere una vivienda que se ha quedado vacía en ese inmueble. Sirve de catalizador y de pronto las vidas de ellas cobran un nuevo sentido. Su capacidad para gozar con cualquier pequeño detalle es inmensa. Y falta citar a Manuela, una criada portuguesa, que no es ni de lejos tan inteligente como los otros tres, pero cuyo corazón es igual de grande, sin un ápice de envidia. Los cuatro personajes pertenecen a escalas sociales diferentes, tienen distintas edades y proceden de diversos países. Ninguna de estas cosas impide que puedan entenderse y que sepan apreciar las cualidades de los demás.
Alrededor de los cuatro espíritus selectos pululan los demás personajes, gentes sin alma, incapaces de ver lo que ocurre a su alrededor, incapaces de sentir el gozo espiritual, empeñados en mantener esa ficción que son las clases sociales, ensombrecidos, reducidos al papel de comparsas y sin darse cuenta de esta circunstancia.
Vicente Torres