Ficha técnica
Título: Historia de un secuestro
Autora: Carmen Cordón
Editorial: Temas de Hoy
288 páginas
17,50 euros
Las noticias que llegaron a la opinión pública sobre el secuestro de Publio Cordón fueron confusas e inquietantes. Muchos lo recordarán. Nunca se habló claramente de secuestro, sino que se consideraron muchas posibilidades, la mayor parte de ellas muy dolorosas para su familia. En las últimas páginas del libro figuran recortes de prensa, que corroboran lo anterior. Lo que pone de manifiesto Carmen Cordón, autora del libro e hija de Publio Cordón, es que las rígidas estructuras policiales y políticas impidieron una búsqueda eficaz del secuestrado.
La esposa de Publio Cordón intuyó enseguida lo que había ocurrido y lo manifestó sin demora a la policía. Si hubiera comenzado la búsqueda de inmediato, probablemente lo hubieran encontrado. Pero la policía, para desesperación de la denunciante, prefirió seguir el protocolo y, además, insinuarle que probablemente su marido se había quedado con su amante un ratito más y que volvería luego.
Todos los datos daban el secuestro como lo más probable. Publio Cordón salía a correr de madrugada, y en solitario, por lugares poco transitados y era rico. Por otro lado, precisamente ese día y a una hora temprana tenía concertada una cita sumamente importante para sus negocios. No era día para bromas. Si los policías que atendieron a la señora hubieran tenido sentido común y penetración psicológica, para darse cuenta de la que ella estaba en lo cierto, hubieran comprendido que no había tiempo que perder.
Los protocolos, junto con la experiencia, vienen muy bien, pero no deberían ser más que herramientas de ayuda. Nunca deberían estar por encima del pensamiento de las personas. La eficiencia en este caso demandaba hacer caso, de manera urgente, a la lógica.
La autora se licenció en periodismo, aunque luego tuvo que ponerse a trabajar codo con codo con su padre, en sus empresas. Durante cinco años fueron comprobando día tras día que pensaban de modo tan idéntico que se quitaban las palabras de la boca en las reuniones de empresa o de otro tipo. Ese grado de compenetración, que descubrieron con alegría, le ha permitido ponerse en la piel de su padre y deducir lo que pensaba en cada momento. Ha escrito la historia en modo novelado. Se trata de un documento muy emotivo y clarificador.
Vicente Torres
