Era un viernes trece de octubre de 1972. Un día de mal fario para los supersticiosos, pero al fin y al cabo un día señalado -por esas ironías de la vida- para la tragedia. Y fue la que vivieron los 45 pasajeros -entre los que se encontraba un equipo de rugby- del Fairchild F-227, matrícula 571, turborreactor de dos motores gemelos, fabricado en Maryland, Estados Unidos y comprado por la Fuerza Aérea Uruguaya que cruzaba la cordillera de Los Andes con dirección a Santiago de Chile. El avión no llegó jamás a su destino y se estrelló en las cumbres nevadas. Al impacto sobrevivieron 29 pasajeros y tras un alud sólo quedaron 16 supervivientes. Periodista Latino conversó con Daniel Fernández y Antonio Vizintín, de nacionalidad uruguaya, quienes sobrevivieron a lo que ya se conoce en la historia de la aviación como el «Milagro de Los Andes«. Estas son sus historias.