Ficha técnica
Título: De Aznar a ZP
Autor: Juan Fernando López Aguilar
Editorial: Temas de Hoy
216 páginas
16,50 euros
Prologado por Peridis y José Luis Rodríguez Zapatero. Las caricaturas de Juan Fernando López Aguilar me parecen muy buenas y creo yo que la maña para el dibujo humorístico es una de las cosas que ayudan a desdramatizar la visión de la realidad. Las viñetas que componen este libro expresan el modo en que el autor vio los acontecimientos durante el periodo señalado. Pero el libro no sólo contiene dibujos sino que también hay mucha literatura acompañándolos. El lector que en la posteridad observe las caricaturas no se sentirá perdido, sino que tendrá cumplida información de las circunstancias que concurrían en cada momento y de los hechos que las motivaron.
Si Juan Fernando López Aguilar dibuja muy bien, cabe decir que la literatura tampoco se le da nada mal. No podía ser de otro modo, puesto que le gusta mucho leer. Él lo cuenta de este modo:
“Tan lejos como puedo recordarme, he sido y soy desde siempre un lector voraginoso.
A mi padre lo recuerdo leyendo, leyendo, leyendo.”
El prólogo de José López Zapatero es un aliciente añadido. Habiendo sido escrito para un libro de un amigo suyo, que además tiene el objetivo de perdurar en el tiempo, dado que, con toda seguridad, será utilizado por los historiadores del mañana, no cabe duda de que lo ha escrito personalmente, dejando de lado por un tiempo sus obligaciones como presidente del gobierno. El presidente, en su escrito, cita a los más geniales humoristas del pasado reciente, algunos de los cuales aún viven y dibujan, y a otros de la más rabiosa actualidad, entre los que no cabe duda que figuraría el autor del libro, si se hubiera dedicado a ello. También cita Rodríguez Zapatero a algunos grandes literatos, como Valle Inclán y Pío Baroja. Transcribo un significativo párrafo presidencial:
“En la época de la dictadura, los humoristas gráficos expresaban a través de sus viñetas aquello que nadie se atrevía a denunciar con palabras. La visión crítica sorteaba mejor el garrote de la censura cuando se deslizaba bajo la forma, aparentemente ligera, supuestamente inocua, de una caricatura, de un chiste gráfico.”
Son, pues, muchos los atractivos que presenta esta obra, que, entre otras cosas, servirá para, en tiempos venideros, recordar con humor esa época.
Vicente Torres
