Ficha técnica
Título: Mi padre es un mago
Autora: María Ángeles Chavarría
Editorial: Esic
130 páginas
15 euros
Es la historia de un empresario contada por su hijo. Según va creciendo desde los siete hasta los diez años, motivado por el gran cariño que siente por sus padres y por su insaciable curiosidad, se va enterando de las cosas de la empresa de su padre, desde su creación hasta ese momento. El libro está compuesto por capítulos muy cortos, cada uno de los cuales responde a una pregunta concreta. El lenguaje lógicamente es muy sencillo.
El lector hace suyas las vicisitudes de la empresa, desearía tener alguna relación con ella, pues hace suyas las inquietudes del niño con respecto a su padre. Y también comprende la importancia de la faceta creadora y de la necesidad de asumir algún riesgo. Viene muy bien esta obra en el momento actual, en el que se pretende desacreditar o culpar a los empresarios, dado que nos presenta a alguien que bien podría ser considerado el empresario ideal, sin que ello signifique que no existe, puesto que deben de haber bastantes que se le puedan homologar. Es un empresario que se desvive, que no come nunca tranquilo, porque el teléfono no para de sonar, que sacrifica sus vacaciones, para que puedan tomarlas otros, etc.
Viene también, este libro, en un magnífico momento, dado que al haber tanta gente en el paro y resultando tan problemático que la situación se resuelva a corto o medio plazo, sacar a relucir la creatividad es muy apropiado. Deben de haber parados que tengan la posibilidad de crear su propia empresa, en solitario o asociándose. El espíritu del empresario del libro puede servir de acicate. La lectura de este libro provoca deseos de ser empresario, y de serlo a la manera del padre del niño: prudente, tenaz, trabajador, abnegado, despierto, valiente.
En la novela también desempeña un papel destacado la madre del niño, esposa del empresario, artista de profesión, que le ayudó a crear la empresa y que luego supo entender que no le dedicara más tiempo. Si le hacía algún reproche era pensando en él y no en ella. El niño, cuando llega el momento, está objetivamente preparado para hacerse cargo de la empresa de su padre, puesto que puede decirse que la lleva en la sangre, metafóricamente hablando.
Vicente Torres