'La muerte de Bunny Munro'

El músico Nick Cave explora la sórdida degradación humana en su segundo libro

El protagonista de la obra es un vendedor de cosméticos adúltero y adicto al sexo, obsesionado con la genitalidad femenina

El truco para escribir este libro fue ir desarrollando una conducta cada vez más reprochable del protagonista

El músico australiano Nick Cave explora la sórdida y cruda degradación humana en su segunda incursión en la narrativa con «La muerte de Bunny Munro», un viaje a través de la autodestrucción de un vendedor de cosméticos adicto al sexo y las drogas, camino de la «antirredención» ante su ya esperada muerte.

Precisamente, «La muerte de Bunny Munro» (editado por Papel de Liar -237 páginas- en castellano, y Empúries -271-, en catalán) es, como su propio título indica, la crónica de la muerte anunciada de un hombre que, sabedor de que su vida conduce inexorablemente hacia el precipicio, inicia un truculento periplo hacia la antirredención.

«La historia clásica de la redención cristiana es que somos seres defectuosos, que vemos nuestros errores, los reconocemos y los asumimos, suplicamos perdón y nos redimimos. Pero en mi libro no. Bunny Munro ni asume sus responsabilidades ni ve sus errores, y al final, encima, se muere», ha reconocido hoy el autor en rueda de prensa.

El protagonista de la obra, un vendedor de cosméticos adúltero y adicto al sexo, obsesionado con la genitalidad femenina y consciente de que «pronto» morirá, inicia un desolador viaje por carretera junto a su hijo de nueve años, tras presenciar ambos el suicidio de su esposa y madre, respectivamente.

En ese casi dantesco descenso al infierno de las miserias personales, la espiral de autodestrucción de Munro contrasta con la inocencia del niño, casi un ángel de la guarda de un protagonista que genera tanto rechazo en el lector como lástima.

«El truco para escribir este libro fue ir desarrollando una conducta cada vez más reprochable del protagonista, pero al mismo tiempo, también una compasión que puede generar (en el lector), sobre todo a través de los ojos del niño, que más quiere a su padre cuanto peor es su conducta», ha opinado Cave.

Para el músico, la mala vida de Munro no le parece «nada deprimente, sino optimista»: «No considero que haya nada de lo que tengamos que salvarnos. Lo realmente deprimente es la idea cristiana de que tengamos que pasar toda la santa vida de rodillas. La culpa es algo innato, pero si hay algo que te parece mal, no lo hagas».

Aún así, admite que su novela trata en el fondo de la imposible búsqueda de la felicidad de un hombre que es incapaz de sentirla. «No me senté a escribir una historia con moraleja, pero quizás la tiene. O nos amamos o morimos, y ese es el corazón del libro».

«Bunny Munro no es Nick Cave, pero sí hay elementos que tienen que ver conmigo», ha afirmado el australiano, que en su intensa mirada azul evidenciaba hoy el cansancio de su viaje a Barcelona, donde esta noche ofrecerá un concierto en el Casino L’Aliança.

Impecablemente vestido con traje y camisa medio abierta, que deja entrever un fino collar, lanzaba algún bostezo por la falta de sueño, que sin embargo no ocultaba su ansia de explicar los porqué del libro.

«Esta novela -ha añadido- pretende tener esta cierta cualidad de alucinación, es un mundo muy reconocible, incluso muy tópico, la típica aventura en el litoral británico. Pero a medida que avanza, se crea una sensación de psicodelia, a medida que el personaje va perdiendo el juicio».

Una locura que lleva a imaginar a Munro explícitas imágenes sexuales de las cantantes Avril Lavigne, Kylie Minogue o Celine Dion, por las que se disculpa al final del libro y sobre lo que Cave ha bromeado: «Espero que sea Avril la que me llame, y no Celine». (EFE)

 

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