Este libro debe servir para reflexionar y ponernos manos a la obra para acabar con ETA utilizando todos los medios legales de los que dispone el estado de derecho
‘Vidas rotas’ es una iniciativa de Rogelio Alonso, Florencio Domínguez y Marcos García Rey que reúne las historias de las 857 víctimas mortales de ETA. Sus vidas, las circunstancias de sus asesinatos y los testimonios de sus allegados. Un volumen de 1.300 páginas que evoca las atrocidades del terrorismo, un ‘monumento hecho palabras’, tal y como lo denominó Maite Pagazaurtundua, presidenta de la Fundación de las Víctimas del Terrorismo.
Un trabajo que tuvo dificultades para salir a la calle por el miedo de algunas editoriales a la venganza de los terroristas pero que finalmente fue publicado con el propósito de ser el libro de referencia del antiterrorismo en nuestro país.
Fernando García de Cortázar, director de la Fundación Dos de Mayo, Nación y Libertad y presidente de la Fundación Papeles de Ermua y el prologuista de esta obra ha hecho un análisis de la misma para Periodista Digital.
«Es una sociedad encanallada, a la que el miedo le ha perturbado el juicio, casi poniéndose de parte de los verdugos y no del lado de las víctimas»
«En el País Vasco se ha dado lo peor y lo mejor de España. Lo peor es esa gente que encuentra alguna razón para legitimar la acción de los terroristas. Pero también hay otra gente admirable, responsable de su deber como ciudadano, que ha puesto en peligro su vida por defender la libertad y la idea de España»
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La obra ‘Vidas Rotas’ no es solamente una enumeración de víctimas y verdugos. También es un testimonio de cómo nuestro país ha vivido el terrorismo durante décadas.
«El libro deja el testimonio de una sociedad que no dio respuesta al terrorismo»
«Demasiadas voces y demasiadas veces después de la condena ante el cadáver caliente de la víctima se ponían pegas a los intentos de acabar con el terrorismo»
«Muchas veces las víctimas han aparecido como personas que estaban en un sitio inadecuado, que no tenían ojos, ni cara ni voz. Personas abstractas que eran asesinadas en aras de la causa que defendían los terroristas»
«No se ha tratado a las víctimas como se merecían»
«Este libro debe servir para reflexionar y ponernos manos a la obra para acabar con ETA utilizando todos los medios legales de los que dispone el estado de derecho»
EL DIÁLOGO CON LOS TERRORISTAS
García de Cortázar también hizo alusión en el prólogo del libro a la disposición al diálogo con los terroristas considerándolo «una farsante endeblez ideológica que transmite a la ciudadanía una carencia de seguridad en las propias posiciones»:
«Entiendo que están obligados a resolver el problema, pero siempre con la ley en la mano»
«Deben poner todos los medios, pero todos los medios legales. No sirven los atajos contra el terrorismo»
«Hay que asfixiar financieramente a esta asociación de terroristas que sigue recabando el mal llamado impuesto revolucionario. Hay que acabar con la propaganda del terrorismo y la imagen romántica de héroe del terrorista»
García de Cortázar escribe en el prólogo de ‘Vidas rotas’ que «la calidad verdadera de nuestras víctimas es haber querido ser españoles»:
«Han sido asesinadas porque vivían en un país al cual no se le quiere dar una condición de nación. Han muerto porque, en buena medida, tenían un compromiso con su deseo de España. Sabían que por su situación de servidores de la ley o defensores de una idea de España podían ser víctimas de los que con una nación de muertos se oponían a una nación de vivos»
«Los asesinos no están de acuerdo con la idea de nación que respeta los derechos y libertades. Su forma de manifestar que estaba impugnando esa nación era asesinar a miembros de esa misma nación que podían ser anónimos pero tenían una vida que deseaban proseguir»