El debate sobre memoria histórica sólo importa a los políticos
Su nueva novela – Dime quién soy (Ed. Plaza y Janés) lucha desde la literatura contra los totalitarismos que el ser humano padeció en el siglo XX. Sobre la dictadura cubana, la escritora Julia Navarro lo tiene claro: «El régimen de los Castro está muerto aunque ellos no lo sepan».
Navarro cree que la mejor manera de ayudar a los disidentes cubanos es no dejar ninguna duda de que se está con ellos y hacer entender a los dos hermanos dictadores que su tiempo se terminó.
Por eso apela al Gobierno español para que se alinee de forma más clara con los que están en primera línea del cambio y subraya que «no se puede ser ambiguo con esto«.
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En su libro, esta periodista que se forjó como tal en la Transición Española, abarca desde el fin de la II República hasta la caída del muro de Berlín. Ese largo periódico se va detallando al tiempo que se conocen los detalles de la vida de Amelia Garayoa y de los hombres a los que amó. Un corazón, el de Amelia, cambiante como la Europa que le tocó vivir. Con esos hombres descubre las peores expresiones del ser humano durante la pasada centuria.
«Este libro es fruto de la ambición de querer contar la Historia del siglo XX a través de personas normales pero que les ha tocado vivir hechos extraordinarios. Y eso les hace especiales».
A pesar de las gestas que pudieran surgir en medio del sufrimiento ocasionado por los totalitarismos europeos, Julia Navarro cuenta que la suya no es una historia de héroes.
«Es una historia sobretodo de perdedores. El XX no fue un siglo como para echar cohetes».
LA MEMORIA HISTÓRICA
Desde el argumento hasta su personaje protagonista están condicionados por la memoria. De hecho, Julia Navarro asegura que tuvo que adquirir la madurez suficiente para enfrentarse a contenidos como la Guerra Civil Española o la posguerra.
Ahora que ha escrito sobre ello y ve cómo fuera de las novelas, el debate sobre la guerra civil se agarra a los titulares de prensa, esta periodista considera que es una discusión estéril.
«El debate actual sobre la memoria histórica está inducido por la clase política. Es imprescindible conocer la Historia reciente. Otra cosa es abrir un debate.
No creo que a una mayoría de españoles les preocupe la memoria histórica. Lo que les preocupa es cómo salir de la crisis. Ese querer azuzarse los unos a los otros no está en la sociedad sólo en la clase política.»