Ficha técnica
Título: El estupor y la maravilla
Autor: Pablo d’Ors
Editorial: Pre-Textos
416 páginas
25 euros
Este es un libro que deberían leer todos los vigilantes de museo. El protagonista, Alois Vogel, lo es y cualquier otro que lo sea ha de sentirse identificado con muchas de las cosas que dice, no así con el personaje, muy estilizado a propósito para dar sentido al relato. No obstante esa estilización, que lo hace improbable en la vida real, o quizá por ella, el personaje cae muy bien desde el primer momento; enseguida se gana la confianza del lector.
Pero no sólo los vigilantes de museos se pueden sentir identificados con Alois Vogel, cualquiera que tenga que ver con un museo ha de agradecer las indicaciones y las confidencias de este vigilante tan enamorado de su trabajo que hizo de su casa una prolongación del museo, que, además veía desde su ventana, para hacerse a la idea de que estaba las veinticuatro horas del día metido en él. Y tampoco es únicamente interesante este libro para los vigilantes de museos y para todos los que profesionalmente tengan algo que ver con ellos, el visitante de museos tendrá que darse cuenta de que no es lo mismo visitar un museo antes de haber leído el libro que después de haberlo hecho. La forma de mirar un cuadro no puede ser la misma. La mirada de Alois Vogel, un vigilante de museos, no un crítico de arte, proporciona una nueva manera de enamorarse de los cuadros, de captar su influjo.
El museo en el que ejerce su tarea es el Museo de los Expresionistas de Coblenza, de modo que por las páginas del libro deambulan todos y la simple evocación de sus nombres provoca en el lector una catarata de imágenes, al ir recordando los cuadros de cada uno de ellos. Además de los pintores y del resto del personal del museo también aparecen otros personajes, éstos humildes, pero que también se ganan enseguida la admiración y la simpatía del lector.
Pero en este libro no sólo se habla de pintores, de museos y de modos de mirar los cuadros, se trata sobre todo poner a la vista otro modo de entender la vida, muy alejado del de esos “grandes hombres” que “se han hecho a sí mismos” y partiendo de la pobreza han logrado grandes fortunas. Pablo d’Ors, dando muestras de una grandísima inteligencia, demuestra que es posible acercarse mucho a la felicidad.
Vicente Torres
