María Tena aborda las relaciones fraternales desde la mirada del deseo en ‘La fragilidad de las panteras’

La escritora madrileña María Tena aborda en la obra ‘La fragilidad de las panteras’ (Espasa), finalista Premio Primavera de Novela 2010, aborda las relaciones entre tres hermanas desde la mirada del deseo, concretamente el sexual.

En una entrevista concedida a Europa Press, Tena dijo que las tres hermanas reflejan «una necesidad de amor y cariño, presentando una herida de la infancia peculiar y distinta cada una». Asimismo, dijo que el inicio de la novela aborda la cuestión de la «ausencia de la capacidad de desear de las protagonistas, que además no se sienten bien en su cuerpo».

Ellas, según Tena, necesitan «ser queridas y desear el placer, reconciliándose con el deseo». En este sentido, dijo que la novela se podría haber titulado ‘La resurrección de la carne’, pues «la obra recoge el proceso de transformación de cada uno de ellas, un hecho que debería abordar cualquier novela».

Con respecto a ‘La fragilidad de las panteras’, explicó que «la fragilidad es el contraste en mujeres supuestamente fuertes, independientes y potenciales socialmente, según su clase, que en su interior son frágiles y de cristal». Por otro lado, las mujeres no han evolucionado tanto como para que la sociedad admita que una mujer pueda ser «ambiciosa y quiera figurar y ser importante en su ambiente», pues se ha conseguido la igualdad jurídica en el mundo occidental, pero hay matices sociales y juicios leves en el que se ve que no se tratan igual».

La novela se escribe desde la mirada de las tres protagonistas, unidas desde la figura de la madre, «un personaje muy fuerte», según la escritora, que explicó que el «pasado de la infancia marca el devenir de las tres hermanas, pues como suele suceder muchos de los problemas que marcan las vidas personales están en la etapa infantil».

Al hilo de esto, añadió que en una novela familiar, la infancia siempre es «importante, pues es cuando «más tiempo compartes con los hermanos, donde se ven relaciones de espejos, celos, amores, competitividad, esto es, un semillero de pasiones literarias».

A raíz de aquí, cada uno busca su camino, si bien las protagonistas no han podido despegarse de ese mundo familiar aún, «no han conseguido lo que los psicólogos llaman ‘matar al padre'». «La historia no es de conceptos psicológicos, sino de escenas concretas para que el lector se siente partícipe y las viva», precisó.

«NI PORNOGRAFIA NI SEXO CURSI»

Por otro lado, la autora de ‘Tenemos que vernos’ señaló que en sus anteriores trabajos literarios ha intentado huir en las escenas sexuales tanto de la pornografía, «por aburrida y repetitiva», como del «lirismo exacerbado, por rosa y cursi». En esta ocasión, el sexo cobra importancia, pues las escenas tienen «un sentido en la historia», pues en este libro hacía falta ser sugerentes, ya que la «liberación y resurrección viene a través de su cuerpo».

Por último, señaló que los personajes de Itziar, Laura y Teresa son «personajes de novela por su fuerza y temperamento». Si bien, las tres dan fuerza a la novela con «una tensión solapada y competitividad entre sí».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído