Cultura.- Más de 30 pinturas inéditas de Ydáñez convierten rostros y miradas en algo sagrado en la Chirivella

Más de 30 pinturas de Santiago Ydáñez, en su mayoría inéditas, llenan de rostros y miradas la Fundación Chirivella Soriano para despertar emociones que parten de «lo profano» y «real» para alcanzar una «espiritualidad» más profunda, casi sagrada. Un recorrido por diez años de trabajo que van desde expresiones teatrales y rudas hasta imágenes místicas y serenas.

Desde que en 1998 Ydáñez dibujara su primera cara, ‘Lo real hecho sagrado’ alterna pinturas líricas y «agresivas» que reflexionan sobre la locura del ser humano, e incluso sobre la «brutalidad infantil», con imágenes más «místicas» inspiradas en su propio rostro maquillado, amigos o fotografías de personas que ni siquiera conoce.

El artista, que este viernes ha presentado la exposición, ha explicado que si en la mayoría de sus obras se pinta la cara antes de plasmarla en el cuadro, es para «acentuar los rasgos: los ojos, los orificios de la cara» y así darle ese «toque primitivo y bruto» tan propio de su estilo.

De este modo, la muestra «parte de lo profano» e «intenta llegar a lo espiritual, no desde un punto de vista religioso», ha puntualizado, pero sí desde la intención de transmitir emociones, desde la «espiritualidad» del ser humano, ha resaltado. Par Ydáñez, lo sagrado es lo «real», es decir, la «pulsión vital, la vida misma».

Las piezas mezclan distintas épocas creativas de Ydáñez, entre las que cuenta también con una línea dedicada a animales, a través de «primeros planos humanizados, fijando la expresión de su mirada», ha precisado. En este sentido, ha señalado un «acercamiento» entre el «aura mística» de las imágenes religiosas y la taxidermia. Según ha recordado, esta relación viene de pequeño, con su padre cazador y él monaguillo y el «entusiasmo» de lo religioso sin serlo.

De hecho, algunas de sus últimas obras «unen Romanticismo y Barroco» entre la naturaleza y lo religioso.

Al margen de la sus creencias personales, a Ydáñez le hace «ilusión» que las personas sean creyentes, su «sentir con verdad», que «vivan con intensidad las cosas» y que las hagan «de corazón, ha confesado.

De este modo, mientras hay un cierto tipo de arte que «subraya la presencia de la iglesia en la vida cotidiana» con imágenes religiosas, tallas y santos plasmados de forma real, «carnal», Ydáñez le da la vuelta y es lo real lo que hace sagrado, ha señalado por su parte uno de los escritores del catálogo de la exposición, hecho al efecto, Ricardo Forriols.

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