«Ella se fue del norte hacia el sur y tú del sur al norte.»
Espido Freire (Bilbao, 1974) recibió, mientras vivía en Noruega, este mensaje de su amigo escritor y periodista Ricardo Bada (Huelva, 1939).
Bada, que escribe el blog Urbi et interneti, hacía un paralelismo entre la escritora bilbaína y Kristina Haakonardóttir (1234-1262), princesa de herencia vikinga que cambió las tierras nórdicas por las castellanas, ahora la protagonista de la primera novela histórica de Freire, ‘La flor del norte’ (Ed. Planeta).
Kristina Haakonardóttir (1234-1262) está rodeada por un halo de misterio y mito. Poco se sabe de los cuatro años que pasó en la corte del rey Alfonso X El Sabio de su propia voz. Hija del rey noruego Haakon Haakonsson y desposada con el infante Felipe de Castilla, por quien se vio ignorada, pasó sus últimos meses en el afixiante calor de Sevilla, tomando medicinas disueltas en vino contra un desconocida enfermedad.
Freire presentó el libro en Covarrubias el 12 de enero de 2011, un pequeño pueblo burgalés en el que vivió la princesa y donde descansa su cuerpo. El féretro de piedra y pinceles góticos de Kristina de Noruega fue descubierto en 1958 en la Colegiata de Covarrubias por un albañil y el fraile Rufino Vargas se encargó de dar conocimiento del hallazgo y promover su autentificación.
Los bordados del ropaje y la altura del esqueleto de 1,72 metros, considerable para un castellano de la época, dieron pistas de que el cuerpo pertenecía a un extranjero.
SU MUERTE, UN MISTERIO
Kristina de Noruega murió en extrañas circunstancias. Unos dicen que murió de una infección de oído, otros dicen que murió de pena y otros que fue envenenada. Freire apuntó en la presentación del libro:
Aparece de la nada y desaparece en la nada. Vino a una corte que era muy agresiva. Se dijo que murió de melancolía, que añoraba el norte (…) Prefiero pensar que no era una mujer débil. No conozco mujeres débiles. Posiblemente no hablaba castellano.
La escritora bilbaína acudió a esta tierra de vinos ataviada con un vestido rojo burdeos con pedrería bordada y reminiscencia medieval. Estuvo acompañada por el alcalde de Covarrubias, Miguel Ortiz, y varios vecinos de la localidad durante la presentación y recorrió las calles del pueblo acompañada por dos ‘caballeros del medievo’ de la Asociación ‘Mesnada Rachela’, que portaban un estandate de Castilla y una bandera noruega.
Trece años han pasado desde ‘Irlanda’ y ‘Melocotones helados’. Freire ha tocado diversidad de géneros: los cuentos, la novela juvenil, la novela policíaca. Ahora se atreve con la novela histórica, narrada en primera persona para dar voz a un personaje silenciado.
Tengo tiempo para probar cosas distintas. No sé qué será lo siguiente.
La portada del libro está ocupada por una mujer con peinado y traje típico del s. XIII. No es Kristina Haakonardóttir. Covarrubias presume de la belleza de «su princesa» de pelo rubio y ojos azules, cuya estatua vistió con una capa blanca y adornó con flores para la presentación de Freire.
Espido Freire visitó la capilla de San Olav a su paso por Covarrubias. El templo, anhelo de Kristina de Noruega, está en construcción bajo la tutela de la Fundación Princesa Kristina con un presupuesto de 900.000 euros. Después de 753 años, se espera esté terminado para el 29 de julio de 2011, festividad de este santo noruego.