Publicar anuncios de prostitución y cerrar CNN porque parece un disparate en el coste son síntomas de empobrecimiento
Un dato: 70.000 mujeres y niñas engañadas en sus países son traídas a Europa para explotarlas sexualmente. Este titular es el germen de la nueva novela con la que Ángela Vallvey nos invita a adentrarnos en una realidad abyecta ante la que, la mayoría de las ocasiones, nos encogemos de hombros.
El hombre del corazón negro (Ed. Destino) nos muestra vidas con diferentes procedencias que confluyen en España tras el telón oscuro del tráfico de personas a manos de mafias del este de Europa. En esta entrevista en Periodista Digital, Ángela Vallvey cuenta que
«La globalización tiene muchas ventajas pero es fea. Confluyen mundos que hace años transcurrían de forma paralela, sin tocarse. Ahora tenemos un mundo que ofrece libertad y seguridad y otro que ofrece esclavitud y negocio rápido. Siempre pierde la libertad. Eso es lo que me estremece.»
El negocio con los cuerpos de las mujeres que nos muestra en El hombre del corazón negro no son las consecuencias de la caída del muro de Berlín o la desaparición de la URSS.
«Mientras duró la Unión Soviética esas mafias criminales se gestaron en las cárceles estalinistas. La caída de muro no desembocó en la corrupción y el crimen. La caída del muro lo hizo evidente y exportable.»
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Desde hace algunos años, en España existe el debate ético a cerca de la publicación de los anuncios de contactos en la prensa. Para Vallvey
«No creo que por cuadrar un balance de cuentas se tenga que mantener la publicidad de un negocio repugnante como la prostitución. Publicar esos anuncios y cerrar CNN porque parece un disparate en el coste son síntomas de empobrecimiento».