Toda la novela es un proceso terapéutico en el que la protagonista pone en orden sus conflictos internos a través de la sexualidad
La amistad es el amor pero sin sus alas dijo Lord Byron. Pero, en qué lugar queda el sexo. Un tema sobre el que aunque cueste reconocerlo pesa todavía cierto tabú. La literatura es un buen antídoto. Como ejemplo, el nuevo libro de Najat El Hachmi.
Cazadora de cuerpos (Ed. Planeta) es el diario de confesiones en el que una mujer narra su experiencia en el camino hacia el placer corporal pero también hacia el descubrimiento de uno mismo a través de la sexualidad.
En esta historia no sólo se coleccionan amantes revueltos entre las sábanas de una cama. Esto es sólo el catalizador para que una persona se conozca de forma más sincera, más honesta.
En esta entrevista en Periodista Digital, El Hachmi confiesa su sorpresa cuando muchas personas han cuestionado que elija la sexualidad como tema central de la novela. Y a pesar de que para ella es incómodo tener que justificarlo, cuenta que
«En la literatura el sexo da mucho juego porque estás tratando con las experiencias más íntimas del ser humano. (…)Toda la novela es un proceso terapéutico en el que la protagonista pone en orden sus conflictos internos a través de la sexualidad.»
«Cualquiera que haya pasado por esta etapa de sexo sin compromiso y haya experimentado la insatisfacción que produce sabe que el proceso deseable es la maduración.»