El griego de la antigüedad colocó al hombre como ciudadano, como individuo. Y hoy parece que los políticos quieren hacer ver que somo un rebaño dando importancia a la ciudadanía y no al ciudadano
El hombre griego clásico se sabía libre y ciudadano. Esta consciencia lleva a la humanidad, por primera vez en la Historia, a poner el acento en el hombre, en la belleza y en la Justicia. Así se aleja de la curiosidad pervertida nunca explicada de los magos egipcios. Son palabras de Pancracio Celdrán sobre las que erige su nuevo libro Quién fue quién en el mundo clásico (Temas de Hoy) que recoge las biografías de estos hombres que «y preferían equivocarse a dejar de obrar».
Vencer los estereoticos que todavía hoy pueden gobernar sobre la imagen que tenemos de personajes como Alejandro Magno, Sócrates, Arquímedes, Aristóteles es el objetivo de este profesor en Universidades de varios países.
«Sócrates, por ejemplo, era un hombre intelectualmente muy solvente pero familiarmente un desastre. Porque el gran hombre también tiene sus flaquezas y debilidades. Las anécdotas nos muestran al hombre alejado de la solemnidad y humaniza al personaje».
La fascinación de Alejandro Mango por la Ilíada, una de cuyas copias guardaba como su mayor tesoro; la realidad histórica de Homero o el esfuerzo de Arquímedes para desarrollar sus estudios son otras muestras de los compilado en el libro. Sobre él, Pancracio Celdrán afirma que
«Es mucho más importante que Leonardo da Vinci. Éste, siendo un genio del renacimiento, se nutre de conocimientos anteriores. Sin embargo, Arquímedes parte de cero.»
Dessde aquel punto de partida hasta nuestros días, el escritor subraya que no ha pasado tanto tiempo como tendemos a pensar. Habla de que sólo 100 generaciones nos separan de la época en que Sócrates paseaba por las calles de Atenas y estaba a punto de nacer Alejandro Magno.
«Este no es tiempo suficiente para cambiar nada. El hombre sigue siendo inédito. Hace las mismas cosas, las mismas trastadas, tiene los mismos niveles de imbecilidad y se revuelve contra aquello que le lleva la contraria».
Y, añade Pancracio Celdrán, que es nuestra vanidad la que nos lleva a pensar que hemos dicho cosas nuevas y creado sistemas nuevos.
«Si rascas un poco en la piel de nuestra cultura, enseguida sale madera antgua, la madera grecolatina.»
El gran libro de la citas glosadas (Esfera de los Libros) y el Diccionario de manías y supersticiones (Ed. Vicervesa) son las otras dos novedades de Celdrán que reúnen píldoras de cultura que siempre han caracterizado al trabajo de documentación realizado por este catedrático de Filosofía y Letras.