Tenemos que estar en el río de la vida pero saber que el río no es la vida. Hay orillas fantásticas
Un libro de auto-convencimiento. Un libro en el que el autor establece un pacto con el lector para que no pase fugazmente sobre sus páginas. Un libro en que Joaquín Lorente invita a leer despacio. Un puñados de principios que nos empujan, de alguna manera, a un acto de reflexión.
Como cuenta el propio autor de Tú puedes,
«Para sacarle rendimiento a las cosas tienes que trabajarlas. Lo que te sirve si es fácil te puede confundir. Tenemos que volver a la cultura del esfuerzo y de la responsabilidad. Por eso este es un libro que te hace trabajar».
Una de las claves es, cuenta Lorente, de algún modo autorizarnos a ser y a hacer. Esta es una forma de conducir nuestro cerebro para que otros no lo hagan.
«Hay mucha gente interesada en pensar por nosotros porque esto les da poder. Políticos sindicatos, jefes, pareja, amigos…»
«Es verdad que tenemos que depositar una parte de nuestra fe y confianza en otros pero, por encima de todo, tenemos que conducir nuestra propia vida. Si no lo hacemos no tengáis la menor duda de que otros tratarán de conducirla».
POLÍTICOS
No pasa por su mejor momento el presidente del Gobierno al que Joaquín Lorente le diría que «la vida no sólo es buenismo».
«Para repartir, antes tiene que haber y en la medida en que estás decantado por repartir, llega un momento en que si no se crea riqueza el armario se queda vacío».
En Tú puedes establece una relación entre capitalismo y socialismo que confirma la teoría de una alianza entre ambos modos de concebir el gobierno de una nación. Por un lado el capitalismo destaca por la virtud de la codicia.
«Codicioso en la medida que es capaz de crear riqueza. Y digo codicia y no avaricia. Lo malo es que no sabe repartir esa riqueza».
Así destaca del socialismo que es muy adecuado para repartir la riqueza,
«Pero tiene muchos obstáculos para crearla. En ese sentido, el señor Zapatero está absolutamente virado hacia el reparto.»
EL CAMBIO IRREVERSIBLE
Los movimientos sociales que han involucrado sobre todo a personas jóvenes son, para Joaquín Lorente, las primeras burbujas de un mundo que va a cambiar.
«Toda esa gente ha empezado un proceso irreversible con unos mimbres muy diferentes a otras épocas. Están sustituyendo el palo para pegar por el palo que sujeta la pancarta».