Nápoles padece el fenómeno terrible de la Camorra. Esos desgraciadamente no son fantasmas
Propone al lector un «giro d’Italia» con sábanas y cadenas. Paloma Gómez Borrero recorre varias ciudades de este país elaborando una guía con los lugares más singulares por lo sobrenatural y misterioso. En los pasillos de decenas de palacios, en lugares de culto, en las aguas de los canales de Venecia se esconden y aparecen esporádicamente aquellos que ya no están en este mundo y regresan a él por pena, por culpa, o por juego. Son Los Fantasmas de Italia (Ed. Plaza & Janés) que nos conectan con la historia viva de los últimos siglos.
La autora, la más célebre de los corresponsales en El Vaticano, cuenta en esta entrevista en Periodista Digital que
«(Estos fantasmas) no son malévolos y juegan al escondite con los vivos. No les ves, sientes su presencia y de alguna manera vas en su busca».
En Turín, por ejemplo, destaca el trasfondo diabólico ce la ciudad con la proliferación de misas negras o reuniendo el mayor número de exorcistas en un mismo lugar.
«Pero los ‘fantasmas’ que aparecen aquí no son malignos en el sentido de hacer daño a la gente. Lo que ocurre es que detrás del lugar donde aparecen o donde murieron se esconde una historia trágica.»
Más allá de Turín, Gómez Borrero propone un viaje por otras ciudades como Rávena, Venecia, Nápoles o Roma donde destaca el desconocido Museo de las Almas del Purgatorio o como lo llama la autora, «el museo de las almas en pena».