Con todos los problemas que pueda tener la última esperanza para la sociedad es el Periodismo
Las tres palabras que pronunció Jackie Kennedy cuando llega el féretro de su marido a la Casa Blanca son el germen para un misterio. 50 años después del asesinato de John F. Kennedy y de la muerte de Marilyn Monroe existen todavía lagunas importantes en torno a aquellos dos hechos. ¿Es Lee Harvey Oswald culpable? ¿Era el único tirador? ¿Marilyn Monroe murió por sobredosis o la mataron para quitársela del medio?
Donde la realidad aun no ha entrado en su lucha por conocer la verdad, la buena literatura puede ayudar a generar una hipótesis verosímil. Así lo ha hecho Luis Murillo con su libro Currículum mortis (Ed. Adhara). Según cuenta el autor en esta entrevista en Periodista Digital,
«Planteo en esta novela la hipótesis de si entre JFK y Marilyn Monroe hubo algo más que una mera relación carnal. La posibilidad de que la actriz no era para el presidente de EEUU una más entre las amantes que se le atribuyeron. Se le planeta así el dilema de que no puede seguir con ella si permanece en el cargo».
La acción de Currículum Mortis se traslada a la época actual donde el personaje creado por Luis Murillo, Dan Foster, investiga una serie de muertes en lugares distantes de EEUU provocadas por un virus artificial. Sus pesquisas le llevan a pensar que en Dallas (lugar donde dispararon a Kennedy) no ocurrió exactamente lo que cuenta la Historia.
Como fondo en esta Historia se mueve la crueldad extrema que pueden llegar a ejercer los estados. Murillo nos presenta una sociedad llamada secerta, por encima del FBI y la CIA, que puede llegar a actuar al margen de la Casa Blanca. En esta investigación se contrapone a este poder fáctico el que puede ejercer el buen periodismo.
Dan Foster que se acerca a la verdad de un secreto celosamente guardado a cada página que avanza la novela y le plantea un problema real a la todopoderosa sociedad secreta de EEUU. Sus dirigentes, a los que no les tiembla la mano para eliminar a quien moleste, no pueden matar a este periodista de investigación por miedo al eco mediático que tendría.
«Con todos los problemas que pueda tener la última esperanza para la sociedad es el Periodismo. Cuando un periodista es libre, no sometido a un partido o a una ideología, es la única esperanza para darle voz a quien no la tiene.»
«Hoy, en las tertulias políticas sabes lo que cada uno va a decir. Incluso con qué palabras lo va a decir. Y cuando te topas con alguien que piensa y habla por sí mismo es una bendición. No hay muchos, pero los hay.»