El horror del nazismo. La escritora María Zabay nos sumerge con ‘El zapato de la lengua rota’ en los orígenes políticos de Hitler y como poco a poco va tomando mayor relevancia en la vida de Alemania hasta llevar al país a abrir las hostilidades en la Segunda Guerra Mundial.
La obra resulta un compendio perfecto entre literatura e Historia porque no sólo disfrutaremos y sufriremos con las andanzas del personaje de ficción Erhard, sino que veremos desfilar por sus páginas a los principales personajes que conformaron esa nación que sembró el terror en gran parte de Europa, Himmler, Hitler o Goebbels.
Precisamente, la novela viene a ‘reparar’ un vacío literario. Y es que la novela bélica siempre ha prestado más atención a los conflictos en sí que a centrarse en los motivos, en la génesis de por qué estos han sucedido. Zabay, desde luego, logra tapar ese ‘olvido’ e invita al lector a vivir la experiencia narrativa, pero también a dotarse de un marco histórico esencial para entender y comprender los motivos por los que un movimiento de ideas tan disparatadas y radicales como el nazismo fue capaz de imponerse en un país necesitado de un asidero, de creer en alguien que pudiera sacar a Alemania de la crisis.
Zabay comenta que:
La idea de acometer este período era una cuestión que siempre había estado presente. Me encanta profundizar en todo lo que era el origen del nazismo, el por qué este movimiento fue creciendo de forma exponencial hasta llegar a imponerse en las elecciones de 1932. Era necesario poder comprender cómo Hitler, con esa ideología perversa entre cuyos objetivos estaba aniquilar una raza, pudo ganar unos comicios y convertirse en canciller de Alemania, aunque primeramente fuese vicecanciller.
La autora afirma que no fue una labor rápida la elaboración de ‘El zapato de la lengua rota’:
La obra me llevó alrededor de dos años, especialmente porque tuve que documentarme ampliamente. Aunque ‘El zapato de la lengua rota’ pivota sobre el personaje de Erhard, es verdad que no podía faltar al contexto histórico de la época, aunque es verdad también que el protagonista, por muy de ficción que sea, te intenta llevar por otros caminos, cobra vida propia.
La escritora y también periodista subraya las incoherencias en el propio movimiento nazi:
Hitler tenía dos íntimos amigos que eran judíos. Pasaba casi todo el tiempo con ellos, les contaba sus inquietudes y frustraciones, y, al mismo tiempo, leía ‘Ostara’, una publicación antisemita. Himmler y Goebbels reivindicaban una pureza que, paradójicamente, ellos no poseían, precisamente por eso. Les obsesionaban sus complejos y necesitaban demostrarse que eran mejores. Ocuparon cargos de responsabilidad porque veneraban hasta la saciedad a Hitler.
María Zabay remacha que:
El libro es una advertencia sobre el cuidado que hay que tener con esos oradores que dicen a la gente desesperada lo que necesita oír para conseguir otros objetivos muy diferentes de los prometidos. Hitler supo moverse perfectamente en ese aspecto y por eso llegó a la población. Alemania necesitaba soluciones, él aseguró que las tenía y el pueblo le creyó.