A los jóvenes que son encarcelados por kale borroka no les queden ganas de volver a incorporarse
El escenario de esta Luz Negra son esas calles que «apestan a vandalismo» donde jóvenes que no llegan a los 30 protagonizan una lucha violenta en las calles del país vasco. Algunos de ellos, tal vez sin ser del todo conscientes, deciden pasar al terrorismo más serio, más sangriento y empiezan a colaborar con ETA. Un sentimiento de pertenencia a un grupo, de sentirse más fuertes y de no sentirse solos puede ser suficiente enganche para llevar esa vida.
Pero además del escenario, Carlos Fonseca narra esta historia desde la mirada de los que lanzan cócteles molotov, queman cajeros, autobuses, reclaman la liberación de presos… Y también se enamoran, tienen familias, deseos, emociones… Porque es importante no perder la perspectiva de que detrás de actos que podemos calificar de «inhumanos» se suelen encontrar personas.
En esta entrevista en Periodista Digital, Carlos Fonseca cuenta que
«No me interesaba crear un ensayo en el que se contara una historia de ETA. Lo que me interesa en Luz negra es la trastienda de los personajes. Un asesino no deja de ser una persona, alguien que estudia, trabaja, se enamora, tiene padres y hermanos… La decisión de implicarse en la violencia tiene consecuencias para todo su entorno que no siempre comparte ese paso dado».
La novela es la historia de un triángulo amoroso entre dos jóvenes vascos, Eneko y Aritz, implicados en actos de kale borroka y una joven, Libia, que no tiene nada que ver con ese mundo.
«La relación sentimental de ellos tres se ve marcada por la decisión de Aritz de dar un paso hacia delante y pasar a colaborar con un comando de ETA. A partir de ese momento la historia cae por un terraplén y los personajes ya no son dueños de las cosas que les ocurren.»
Carlos Fonseca cuenta que esa decisión de Aritz no sólo esta motivada por un componente ideológico. Está muy marcada por la atracción que siente hacia el líder de la cuadrilla, Joseba, que ejerce autoridad moral sobre el resto. Tras un año en prisión convence a sus amigos que ha salido aun más convencido de la lucha.
Sin embargo es un caso peculiar. Fonseca, experto en violencia política, cuenta que
«De la gente que ha pasado muchos años en prisión, los casos en los que vuelven a enrolarse en la banda son muy pocos. Y para los chicos que han participado en kale borroka las penas ya son muy elevadas. Antes por quemar un cajero te podían imputar un delito de daños pero ahora se considera delito de colaboración con banda armada.»
«A los jóvenes que les pillan y son encarcelados no creo que les queden ganas de volver a incorporarse».
PROCESO FINAL DE ETA
Especialista en violencia política, Carlos Fonseca habla también en esta entrevista sobre el proceso final que está viviendo ETA.
«La decisión que vaya a tomar ETA no es una decisión moral desde el convencimiento de que sus 50 años de historia han sido un error. Creo que es una decisión motivada por una desafección cada vez mayor de la sociedad vasca, por la eficacia policial y porque ahora mismo una banda terrorista en Europa es un anacronismo.»
«Una vez que tomen esa decisión será con el convencimiento y el aval de una mayoría. Será una decisión colectiva y, en todo caso, dará lugar a uno mínima disidencia.»