Me hace más ilusión que le pongan mi nombre a un escarabajo que me den el Premio Nobel
«Se alza el telón. Es la madrugada – España en guerra, Madrid sitiado, del 2 de octubre de 1936…» Así comienza Esos días azules. Memorias de un niño raro (Ed. Planeta). La primera entrega de lo que Fernando Sánchez Dragó ha calificado como la parte secreta de sus 72 años de vida.
Esos días azules no sólo hace referencia al color preferido del autor. Es también el verso anotado en un papel que se encontró en el bolsillo de una chaqueta de Antonio Machado un par de días antes de morir. Escribir estas Memorias de un niño raro es para Fernando Sánchez Dragó una forma de autoanalizarse, de recuperar recuerdos que creía olvidados. Al escribir unas memorias, añade, «te relees, reescribes, te reinventas…».
En esta entrevista en Periodista Digital, Fernando Sánchez Dragó cuenta que en su vida siempre ha sido un hombre feliz. Incluso bromea diciendo que «a mí me gusta coger hasta la gripe».
«Los únicos momentos un poco agridulces que he vivido han sido las rupturas con las mujeres, sobre todo si hay hijos por medio. Pero quitando eso, este libro son las memorias de un niño raro y feliz.»
Por la ausencia de su padre, Fernando Sánchez Dragó se crió en un mundo femenino que ha marcado sensiblemente su forma de ser. En Esos días azules cuenta como en uno de sus cumpleaños en los que su madre le llevaba al cine, después de El mago de Oz quiso ser Judy Garland.
«Siempre he sentido el impulso de ser mujer sin dejar de ser hombre. Yin-yang. Y, al mismo tiempo confieso que me gustan tanto las mujeres que siempre me han dado un poco de envidia. Tengo la sensación de que se lo pasan mejor en la cama».
Y cuenta cómo estudiando en el Colegio del Pilar sus primeros modelos eróticos fueron las niñas del Colegio Loreto que estaba en frente del suyo.
«Yo soy partidario de la educación separada entre chicos y chicas porque son mundos muy distintos y, además, de otra manera se mata el misterio. Las chicas se convierten en rutina y pierden importancia. Y creo que no habría tantos malos tratos ni tanto acoso sexual si la educación estuviera separada por sexos».
CUESTIÓN POLÍTICA
En este libro de memorias evocadas que se centran en su niñez también hay espacio para las reflexiones que siempre acompañan al autor. Así, en varios momentos escribe sobre el sistema político y se muestra muy duro con el socialismo. En esta entrevista confiesa que de los 22 años de gobiernos de este signo no salva nada para el elogio.
«Hay socialistas de los que tengo buena opinión como Alfonso Guerra pero creo que el problema de España se llama Partido Socialista Obrero Español. No tengo ningún buen recuerdo de los gobiernos socialistas. Han transfigurado el Estado de Bienestar en Estado de Control. Todo está controlado, me ahogo en esta sociedad. Ese es el mal de la izquierda: quiere controlarlo todo porque tiene miedo a la libertad.»
Ese ahogo que confiesa sentir Fernando Sánchez Dragó está producido, a su juicio, por una deriva que se percibe en el mundo entero. Lamenta que las libertades concretas (que importan a la ciudadanía) han desaparecido mientras que las libertades abstractas (que importan a los políticos) las tenemos todas.
«Echo de menos ir a la farmacia y poder comprar anfetaminas para estudiar, escribir o jugar al dominó».
El escritor también recomienda la soledad para el que es sinónimo de felicidad y no entiende porque tiene tan mala prensa.
«Quien tiene miedo a la soledad es que no está bien consigo mismo»