Fernando Pessoa, 'El banquero anarquista y otras ficciones sociales'

¿Puede un anarquista ser a la vez opulento banquero?

¿Puede un anarquista ser a la vez opulento banquero?
El banquero anarquista, de Fernando Pessoa.

A principios de los años 20 el recién instaurado régimen soviético gozaba de una injustificada buena imagen entre la mayor parte de los escritores e intelectuales del mundo occidental.

Los elogios a la dictadura del proletariado impuesta con mano de hierro por Lenin, que ya había puesto en funcionamiento la implacable maquinaria represiva cuyo coste en vidas humanas se contaría por decenas de millones, se multiplicaban sin freno alguno.

Sin embargo, el prolífico y sorprendente autor portugués Fernando Pessoa puso en boca del protagonista de su obra El banquero anarquista una predicción que, para desgracia de los rusos y los ciudadanos de otros muchos países se resultaría acertada:

Y verás lo que trae la Revolución Rusa… Algo que retrasará por decenas de años la realización de la sociedad libre.

De esta manera concluye el lúcido argumento sobre las revoluciones que da el anarquista pobre convertido en banquero que no renuncia a sus ideales ácratas:

Y en verdad, régimen revolucionario quiere decir dictadura de guerra o, con palabras más verdaderas, régimen militar despótico, dado que el estado de guerra es impuesto a la sociedad por una de sus partes: la parte que ha asumido revolucionariamente el poder. ¿El resultado? Que los que se adaptan a dicho régimen en tanto a lo que el régimen es materialmente, inmediatamente, se adaptan a un régimen militar despótico.

La idea que había guiado a los revolucionarios, el objetivo que perseguían, ha desaparecido por completo de la realidad social, ocupada exclusivamente por el fenómeno de lucha. De modo que lo que produce una dictadura revolucionaria y cuanto más dure la dictadura más completamente lo producirá es una sociedad en lucha de tipo dictatorial; vale decir, un despotismo militar. No puede ser de otro modo.

Para los conocedores de la obra de Murray Rothbard u otros autores anarco-capitalistas , como el español Jesús Huerta de Soto, no resultará sorprendente la aparente contradicción de que un personaje sea al tiempo anarquista y banquero.

Sin embargo, para el resto de las personas sí puede resultarle así. De todos modos, los argumentos dados por el protagonista de esta breve obra de Pessoa para explicar esta doble condición difieren de la defensa y teorización del anarco-capitalismo ofrecida por los autores antes citados.

Para el «banquero anarquista», que se explica a lo largo de una larga conversación, cualquier proceso revolucionario o acción dirigida a conducir al mismo produce de forma necesaria a la imposición de unas personas sobre otras. Por este motivo, la liberación debe lograrse de forma individual y es cada cada cual quien debe tratar de lograrlo por sí misma sin intentar de imponersela a otros. Y la vía de la obtención de esa libertad individual no es otra que ganar mucho dinero para, precisamente, liberarse de la necesidad de depender del mundo.

En la edición de Berenice, El banquero anarquista está acompañado de los extractos más afines de la gran obra en prosa del gigante de las letras portuguesas, Libro del desasosiego. Estos textos esstán seleccionados por afinidad temática, en cuanto especulación política y socio-económica, y formal, en cuanto paradoja dialéctica. Este volumen es un buen ejemplo de lo que el propio Pessoa llamó sus «ficciones sociales».

Fernando Pessoa, El banquero anarquista y otras ficciones sociales, Editorial Berenice, 2011.

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

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