Del que era ‘Juanito el breve’ no esperábamos que nos diera la democracia
Si El precio del trono (Planeta) fuera una novela contaría la historia de un viaje. El que un rey hizo para devolver a su país los restos fúnebres de su padre muerto en el exilio. Es la travesía que hizo don Juan sentado al lado del féretro de Alfonso XIII desde Italia de regreso a España para ser enterrado en El Escorial.
Aquellas horas de 1980 en las dependencias del barco sirven al hombre que pudo reinar para recordar los momentos más decisivos de su vida en los que las potencias internacional, la CIA, un dictador gallego y su propia familia jugaron estratégicamente a los dados con su futuro. El precio emocional, estratégico y personal que tuvo que pagar es de lo que trata esta historia narrada por Pilar Urbano.
En esta entrevista en Periodista Digital, la autora cuenta que
«No tanto a las represalias de la Casa Real. Tengo más miedo a las represalias de quienes las matan callando que se llama CIA. También a la ETA porque no sé si les gustará la revelación de ese triángulo entre ellos mismos, PNV y CIA en el que sólo son los ejecutores de otro cerebro mejor armado.»
Hoy en el siglo XXI la Monarquía podría estar en otro momento en que tenga que pagar un precio. Si en los años 70 Juan Carlos se enfrentaba a la opinión de casi el 50% de españoles que preferían la restitución de la República, su hijo Felipe puede que tenga que superar un rechazo similar.
«Ahora el problema no es la poca visibilidad de entonces sino la falta de popularidad. La corona tiene que hacer marketing para dar a conocer las gestiones que hace el rey y para que sirve su cargo.»
«No está fácil el trono en el siglo XXI. Una cosa es el Rey y otra su parentela. Pero insisto en que no es tanto lo que tiene que demostrar la Monarquía sino los que tiene que mostrar».