La visión romántica del artista por encima del vil metal se ha impuesto hasta nuestros días. Pero la forma y las peculiaridades de ganarse la vida cada artista condiciona su propio modo de sentir, su enfoque y sus propuestas.
La Fundación Juan March ofreció el curso pasado un ciclo de conferencias sobre este tema que ahora convierte en libro Galaxia Gutenberg. Tema tentador para todos los que trabajamos en estos ámbitos. Tres autorizados catedráticos, que desarrollan simultáneamente una amplia actividad de crítica en sus respectivos ámbitos, son los encargados de abordar el tema de su especialidad: en el arte Francisco Calvo Serraller, en la literatura José-Carlos Mainer y en la música Antonio Gallego. Y a cada uno les completa un ejemplo concreto: Rubens, a cargo de Alejandro Vergara Sharp, Blasco Ibáñez a cargo de Joan Oleza, y Beethoven, por Juan José Carreras.
¿Interesante, no? «Mi tesis es que el modo en que uno se gana la vida y -tan importante como lo primero- la disposición positiva o negativa, de conformidad, rebeldía o resentimiento respecto al deber de ganársela y el medio elegido por cada uno para hacerlo, dentro de las limitadas posibilidades que la sociedad le ofrece, determina esencialmente en el hombre la constitución de su personalidad y de su mundo interior», escribe Javier Gomá, director de la Fundación, en la introducción del libro.
Encontrar una ocupación pagada, dentro del sistema de oficios y profesiones de cada sociedad, es lo que usualmente se designa como ganarse la vida. La figura del profesional competente que desempeña su especialidad de forma experta y eficaz, prestando con su trabajo bien hecho un servicio útil a la sociedad, es la personificación más acabada del hombre que sabe ganarse la vida. Al especializarse, el sujeto profesionalizado adquiere una posición social y con ella una identidad.
Pero la cuestión se complica cuando el sujeto en cuestión se gana la vida en actividades artísticas, sin baremos establecidos de acceso y permanencia, sin regulaciones precisadas en convenios sociales, sometido al albur o criterios arbitrarios que parecen dictar únicamente el azar y el destino, y en las que la excelencia es costosa de establecer y depende de modas, árbitros y vaivenes de una rueda de la fortuna que puede parecer la ruleta rusa. De qué forma -elegida o impuesta- los creadores se han ganado la vida a lo largo de la historia. Por qué unos fueron ricos y otros chapotearon en la miseria. Cómo la abundancia o escasez de medios materiales influyó en su proceso creativo y en la personalidad del propio artista.
La visión romántica del artista por encima del vil metal se ha impuesto hasta nuestros días. Pero Gomá defiende la postura contraria, casi la visión marxista: la forma y las peculiaridades de ganarse la vida cada artista condiciona su propio modo de sentir, su enfoque y sus propuestas. Yo soy yo y mi circunstancia que decía Ortega.
Las biografías y estudios sobre artistas destacados a lo largo de la historia no suelen abordar tan espinoso tema. Dostoyewski escribía largo y tendido porque sus ingresos dependían de la publicación por entregas. Habrá escritores por ahí fuera que fueron escuetos porque no tenían medios ni para comprar papel y pluma. Rubens era un empresario de la producción pictórica y otros pintores trabajaban borrando su anterior obra porque no podían comprar otro lienzo. Pero cada trayectoria es única, y la abundancia o escasez no han dictado ineludibles fracasos o éxitos.
En la presentación del libro surgieron numerosas variantes que demuestran que el tema es inagotable. Serraller rozó el trauma del creador que no conecta con la sociedad de su tiempo, y más allá, el misterio del arte, el por qué nos interesa y el como pensar en ello es en defintiiva reflexionar sobre uno mismo. Carreras enunció el debate del arte subvencionado y de la paradoja de pensar en quién tiene la última palabra, sea el Estado o el Mercado. Gallego recordó que aunque nunca se habla de ello, cuando se bucea en los archivos musicológicos sólo se encuentran facturas y disputas en las remuneraciones. Vergara recordó que Rubens era millonario y que Miguel Ángel hubiera estado hoy día en la lista de la revista Forbes de los potentados europeos.
El libro es demasiado académico. Faltan puñetazos de actualidad como el que citaba Gallego: que con los emolumentos que una vez la Junta de Extremadura pagó a una soprano de éxito se hubiera podido iniciar en esa comunidad autónoma el conservatorio de música que le falta. Pero dado el velo secular que esconde la relación del artista con el dinero es una buena manera de iniciar un debate que debiera continuar. El Mercado y las Subvenciones han sustituido a los Mecenas. Los artistas buscan su supervivencia acomodándose a la sociedad de masas, reglamentada en sus gustos por una opinión pública que se fabrica en los medios de comunicación.
Ganarse la vida en el arte, la literatura y la música sigue siendo una aventura que suele terminar mal o regularmente. El misterio de la creatividad, del trabajo intelectual y manual en pos de descubrir nuevas perspectivas, de reflejar la problemática social, y de aportar belleza, reflexión y luz al mundo, no tiene fórmula patentada.
El planteamiento y las contribuciones de este libro colectivo se quedan en la mera enunciación del problema. Habría que proseguir elucubrando sobre lo específico de la forma de ganarse la vida con el arte, y de las posibilidades de hacerlo en nuestro mundo actual. Y además, habría que añadir un capítulo fundamental: el ganarse la vida con la crítica, la reflexión y el estudio del arte, de sus exponentes y corrientes. El crítico forma parte del panorama, parte esencial; su trabajo en los mejores casos puede ser considerado creación también, y a menudo el crítico de arte compatibiliza esta ocupación con el ejercicio del arte mismo. Oscar Wilde escribió un ensayo fabuloso y desconocido titulado ‘El crítico como artista’ (Libros C. de Langre, 2001, edición bilingüe). Hace meses que tenemos pendiente su comentario y no vamos a retrasarlo ya más. ‘La creación siempre va por detrás de su tiempo. Es la crítica la que nos guía. El espíritu crítico y el espíritu del mundo son la misma cosa’, escribe Wilde.
Galaxia Gutenberg
Ganarse la vida en el arte, la literatura y la música
Dirigido por Javier Gomá Lanzón Textos de Francisco Calvo Serraller, Juan José Carreras, Antonio Gallego, José-Carlos Mainer, Joan Oleza, Alejandro Vergara Sharp
Colección: Ensayo
ISBN: 978-84-8109-962-1
256 pp. | 20 €
Fecha de publicación: 2012-02
Los autores:
-Javier Gomá: Ensayista y director de la Fundación Juan March.
-Francisco Calvo Serraller: Catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense.
-Juan José Carreras: Profesor de Historia de la Música en la Universidad de Zaragoza.
-Antonio Gallego: Académico de Bellas Artes. Ha sido catedrático de Musicología.
-José-Carlos Mainer: Catedrático de la Universidad de Zaragoza.
-Joan Oleza: Catedrático de la Universidad de Valencia.
-Alejandro Vergara Sharp: Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte en el Museo del Prado.