¿Qué tienen en común Crimen ferpecto, Un día en las carreras, Muerte de un viajante o El secreto de los McCann? Aunque son muy dispares, todas poseen una lección de ventas en su historia. Las películas, como la vida, están repletas de referencias que nos pueden ayudar a vender más y mejor.
Así lo explican en ‘Un vendedor de película’, relatado de forma amena y divertida, el experto en ventas Eduardo Vizcaíno y el showman Santiago Segura, donde suman sus conocimientos en el sector comercial y la experiencia de las situaciones vividas para conseguir que nos adentremos en el mundo de las ventas sin morir en el intento.
Periodista Digital ha charlado con Eduardo Vizcaíno sobre las particularidades de ‘Un vendedor de película’ y la asombrosa capacidad que tiene el director y actor de ‘Torrente’ para promocionar sus cintas.
«Muy poca gente sabe que Santiago Segura que es muy polifacético, ha sido vendedor de obras clásicas de estas enciclopedias que había y también ha sido mistery shopper, comprador sorpresa de una marca de automóviles, aparte es un genio de la promoción con sus películas y en todo lo que hace. Tiene una capacidad muy buena»
«Es muy listo y sabe que hay que posicionarse y a los programas hay que darles contenidos para que quieran que vayas, desde ponerse las camisetas con el título de la película a cierta altura del pecho, hasta quedar bien en los programas y que sean divertidos para que así le vuelvan a llamar»
Sobre la evolución de las fórmulas de venta, Vizcaíno comenta:
«Lo dice Santiago, la gente tiene que saber que existe tu producto, luego lo compraran o no, pero deben saber que está ahí.»
«La venta ya dista mucho de lo que hacía el vendedor charlatán del Oeste que iba con el carromato ofreciendo sus brebajes milagrosos. Ahora es el vendedor es técnico, alguien que tiene que escuchar y que sabe que el comprador tiene mucha información y lo que tiene que hacer es satisfacer sus necesidades.»
«Una compañía es solvente cuando se puede permitir decirle a un cliente que no le vende, porque hay clientes que a veces abusan demasiado, se aprovechan de la conyuntura.»