‘Sin alma’, primera novela de Andrés Ortega, ensayista, columnista y editorialista de El País, es la crónica de un tiempo en España y en la ciencia que aporta reflexiones profundas sobre la vida y la muerte, la perduración o no de un alma, y el recuerdo como forma de ampliar la vida de otro, la vivencia del ser ausente en el cerebro de cada uno de los que le conocieron, que son tan válidas hoy como entonces. Es un homenaje a la ciencia y a su diálogo con la religión, y especialmente a la neurociencia que tan rápidamente avanza en nuestros días.
RELACIONES CON ZAPATERO Y LA ECONOMÍA
«Bueno, yo busqué escribir una novela para, digamos, escribir algo que se distanciara de lo que escribía ahí dentro. Que escribíamos muchas cosas, por supuesto, tuve poco tiempo para hacerlo; pero sí podía durante los veranos, por eso he tardado cuatro años para escribir una novela corta. Aquellos años fueron muy duros y yo creo que siguen siéndolo para los que están en la Moncloa, con los que mantengo algún contacto por gente de los que están trabajando con el PP y con Rajoy. Han sido años muy duros, yo entré a finales de abril de 2008 cuando, digamos, la economía se estaba frenando, había una desaceleración, que fue lo que llevó al presidente Zapatero a hablar de recesión y crisis».
«Sí, creo que lo que quería decir es que era opinable que hubiera recesión, porque todos los datos y todos los centros de estudios económicos, en ese momento, seguían previendo, no una recesión, sino un crecimiento más lento. Pero, volviendo a lo otro, cuando entramos, digamos, que había cierta calma de que eso se estaba desacelerando y luego llegó la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008 que, ahí ya, fue un desastre total. Recuerdo un pensamiento que tuve a raíz de esa crisis que es que, de repente, no sabía uno lo que valían las cosas. Uno podía tener unas acciones o un piso, o lo que sea; y no sabía en ese momento si valía 100 o valía 1».
A partir de ahí fue un no parar de intentar, digamos, afrontar una crisis; y luego llegó ya la puntilla política y económica, que fue el tener que tomar las decisiones que se tomaron en mayo de 2010 porque, digamos, se llegó a una situación insostenible con respecto a la financiación de la deuda; entonces, había que reducir el gasto público, y fue cuando se anunció la congelación de las pensiones, la reducción del sueldo de los funcionarios, y otras. Pero han sido años, yo creo, en los que, por supuesto, el presidente ha sufrido como me imagino, está sufriendo ahora el presidente Rajoy, pero todos los que estábamos ahí también sufríamos porque esta crisis ha sido muy dura para todo el mundo.
«SEGUÍAN NUESTROS CONSEJOS»
«A mí y a mi equipo nos leía y la verdad es que éramos bastante sinceros y bastante duros, a la vez que propositivos, proponíamos ideas; pero yo creo que si escuchaba, lo que pasa es que gobernar en nuestros tiempos se ha vuelto una cosa mucho más complicada».
«Tuve la misma experiencia en los años 90 con Felipe González y gobernar era más fácil porque Europa no se había integrado tanto, la delegación de competencias a las comunidades autónomas no era tan importante como ahora, los mercados financieros y los mercados en general no pesaban tanto, aunque ya empezaban a pesar bastante y fueron lo que llevo, por ejemplo, a una devaluación forzada, y que el Gobierno no quería, pero forzada por los mercados en el 93, de la peseta. Justo en plenas elecciones que luego ganó Felipe González. E, incluso, yo creo que la situación mediática era distinta, habría una televisión entonces. Era más fácil. Ahora, gobernar se ha vuelto una cosa mucho más compleja y que requiere mucho más inputs y mucha más coordinación a todos los niveles».
«Cuando sube el paro, que es un golpe muy duro, a mí me recordaba a veces, cuando llegaba la EPA y había esa subida del paro, aunque salvando las distancias, claro, a cuando se producía un atentado de ETA, que realmente eso estallaba dentro de La Moncloa, lo sentía uno en sus propias carnes; pues yo creo que esto también lo sufre. Y, también les está ocurriendo que anuncian medidas, anuncian cosas y, al día siguiente, la prima de riesgo se vuelve a disparar y no entienden por qué. Y yo creo que es en parte, porque el Gobierno, a lo mejor, no está haciendo todas las cosas que debería; y en parte también es porque Europa, digamos, está arrastrando los pies y no ha hecho lo que debería haber hecho ya hace un tiempo».
DURO VERANO DE 2011
«El verano anterior fue muy duro y eso que es que cuando, digamos, los mercados están de vacaciones, pero con que haya unas pocas personas que siguen trabajando, pues ya con eso controlan bastante el mercado. Depende mucho de lo que se anuncie ahora, de cómo se presente y como se negocie, al final, y se cierre el rescate a la banca; o la línea de crédito, como prefiere decir el Gobierno; y si realmente hay confianza en que Europa va a salir adelante, no sólo en términos de integración y qué tipo de integración; sino también por dónde va a crecer Europa y por dónde va a crecer España, porque al final esa es la gran pregunta ¿Por dónde vamos a crecer? Un tema como el de la muerte, no se discute, se cree que cambiando algunas cuestiones vamos a crecer automáticamente, otros van a tirar de nosotros; y yo creo que no va a pasar eso que, en parte, y esto es muy difícil, tenemos que reintentar una parte de la economía española, hay otra parte que funciona muy bien».