Con 130 millones de libros vendidos, al autor de ‘Los pilares de tierra‘ no hay quien le tosa como escritor superventas. A sus 63 años se ha empeñado en legar al mundo una ambiciosa trilogía sobre el siglo XX. Entre las ruinas de Belchite, uno de los escenarios de su última novela, habló con XLSemanal sobre guerras, crisis, mujeres, novelas y, por qué no, también de sexo.
Follett siente una especial predilección por la segunda Guerra Mundial, pero esta vez el escritor galés ha ido mucho más allá. ‘El invierno del mundo’ (editorial Plaza & Janés) relata el conflicto de principio a fin, desde el ascenso de Hitler al poder hasta el advenimiento de la era atómica. Es consciente de que muchos lectores pueden tomar su nueva trilogía como si fueran libros de historia, pero defiende que, para él, el rigor histórico ha sido algo irrenunciable». Y explica:
Todos los hechos que incluyo sucedieron de un modo muy similar. Hay una investigación concienzuda y todo está consultado y revisado por historiadores. De hecho, me gustaría que en el futuro la gente pueda leer la trilogía y comprender lo que sucedió en el siglo XX.
El escritor reconoce que escribir le ha abierto la mente, pero conocer a fondo el siglo XX le ha hecho «más anticomunista y más convencido de que la democracia es el mejor sistema del que disponemos».
Muy preocupado por la crisis -porque «no se le ve el fin»–, está firmemente convencido de que «a muchas personas les gustan la guerra, las crisis y los conflictos porque les hacen más ricos».
Sobre la actual situación de Europa, considera que «Alemania tiene un aura de inevitabilidad, como si su destino fuera dominar el continente», pero no le importa reconocer que Angela Merkel sería uno de los pocos políticos que incluiría en sus obras. «Quizá por venir de la RDA, aunque no me inspira en absoluto -aclara–. No hay un solo líder europeo inspirador. Obama es interesante –continua Follet–, sobre todo por ser negro. Ojalá ganemos en noviembre», sentencia.
Lector compulsivo desde muy pequeño -«mis padres no nos dejaban ir al cine ni al teatro ni ver la televisión»–, Follett confiesa que, a veces, deja algún libro a medio leer porque no le interesa. «El último ha sido Cincuenta sombres de Grey -afirma–, demasiado sexo explícito», pero rechaza que él mismo sea un escritor erótico. «Yo no escribo novelas eróticas -dice–, son momentos puntuales que muestran algo digno de subrayar sobre algunos personajes».
Ken Follett es consciente de que se le tacha de ser un escritor de best sellers pero no parece importarle:
Es un término despectivo, lo sé, pero en sentido literal soy un autor de best sellers. No es nada malo, estoy orgulloso de mis novelas. Autores como yo hacemos que millones de personas lean libros. No se deben menospreciar las aportaciones de ciertos escritores solo porque contribuyan a hacer de la novela algo popular.