No hay víctimas del franquismo, sino víctimas en general, de los dos.
Un niño presencia el asesinato a sangre fría de su padre en los primeros días de la guerra. Setenta años después reconoce de forma fortuita en una calle de León a uno de los que participó en aquel desmán, un empresario conocido que se niega a confesar dónde lo enterraron. Testigo del encuentro es el hijo de este, José Pestaña, profesor universitario y miembro de una agrupación de la memoria histórica; este enfrentamiento entre víctima y victimario, y el deseo de Pestaña de conocer los hechos tanto como de que se haga justicia le enfrentará a su padre, pero también a quienes tratan de falsear el pasado con tal de justificar sus propios deseos de revancha.
Audaz e implacable con los lugares comunes que existen aún sobre la Guerra Civil, el relato avanza sin tregua en busca de una verdad que paradójicamente desquicia a buena parte de los personajes, pero no a sus principales protagonistas. Estos hallan, en medio de todo, la manera de enamorarse y de celebrar la vida, precisamente porque son libres y no temen llegar hasta el final.
Con la Guerra Civil como telón de fondo, Andrés Trapiello (León, 1953) presenta en Periodista Digital la novela ‘Ayer no más’ (Editorial Destino), una historia «contemporánea» que se aprovecha de la polémica Ley de la memoria histórica de Baltasar Garzón en 2004 para urdir su trama.
Garzón comete un error que empaña su buen arranque, que es agraviar a todas las víctimas de la República con la excusa de que ya estaban reparadas las injusticias que se pudiesen haber cometido. Parte de un error porque no hay víctimas del franquismo, sino víctimas en general, de los dos. Porque los asesinos tienen su propio bando común y ninguno me representa.
«CUANTA MÁS VERDAD CONOZCAMOS, MÁS JUSTOS PODREMOS SER»
El mensaje de la historia de ‘Ayer no más’ es «bien simple», según Trapiello:
Hay que recordar porque sin recuerdo no hay verdad y sin verdad no hay justicia. Cuánta más verdad conozcamos más justos podremos ser.
Trapiello ha querido huir de tópicos porque reconoce que los españoles, él incluido, «están hartos» de las novelas de la Guerra Civil. De ahí que sólo haya tomado como trasfondo el conflicto y que haya ubicado la acción más en la época actual:
«Hacer una novela sobre la Guerra Civil tiene dos handicaps. El primero es que es difícil hablar a un español de la Guerra Civil. Está harto, yo mismo lo estoy. El segundo es que los españoles tienen una idea de lo que fue el conflicto y creen tener además la mejor idea. Por tanto no se sienten obligados a leer nada sobre ello porque ya tienen su verdad».
*Entrevista realizada por Culturamas en colaboración con Periodista Digital.