La parte emocional es crucial cuando el cuerpo físicamente te dice 'basta'.
Querer siempre es poder. Este es el mantra que resuena en el primer libro de Sebastián Cebrián.
Y es que, por más altas o escarpadas que sean las montañas vitales a las que cada uno de nosotros tengamos que enfrentarnos, con determinación, voluntad, positivismo y, por supuesto, el apoyo de las personas que nos inspiren confianza, seremos capaces de poner la pica en la cima superando adversidades y disfrutando aún más de lo conseguido. En palabras de Sebastián Cebrián:
No hay montaña alta ni recorrido largo, solo la voluntad de hacer el camino y prepararse.
‘Supera tu cima‘ es un libro de autoayuda, ameno y entretenido que aporta una perspectiva original desde la experiencia vital del autor que se propone hacer algo osado, difícil y que, en apariencia, supera sus posibilidades reales: subir el Kilimanjaro, la montaña más alta de África, y acaba consiguiéndolo.
EL AUTOR
Sebastián Cebrián es doctor y licenciado en Periodismo por la UCM, máster en Información Socioeconómica APIE y máster en Comunicación Digital 2.0 por la UAH.
Desde 2008 es director general de Dircom (Asociación de Directivos de Comunicación), con más de 800 directivos asociados. A lo largo de su trayectoria profesional ha ejercido como director de comunicación en Fremap, Grupo Carrefour, Tecnipublicaciones, Wolters Kluwers, Grupo IP, El Mundo, El Independiente y la SER.
En el ámbito académico ha ejercido como profesor en IE Business School, UCM, Pompeu Fabra, EOI, Carlos III, EAE y ESDE entre otras instituciones académicas. En 2011 recibió el Premio Korazza 2011 al Mejor Ejecutivo del Año de Asociaciones por la dedicación, los logros obtenidos, el dinamismo, prestigio, notoriedad e iniciativa en la gestión y desarrollo de Dircom.
PD ENTREVISTA A SEBASTIÁN CEBRIÁN
La capacidad que uno tiene de desempeñar una determinada función aparece siempre en un entorno de adversidad.
Uno no es nunca consciente de hasta dónde puede llegar hasta que realmente tiene que enfrentarse a ese reto.
Somos capaces de vislumbrar lo que podríamos llegar a hacer pero cuando la situación y el contexto te obligan es cuando se ve la verdadera talla de la capacidad que intrínsecamente tenemos todos nosotros.
Hubo un momento de duda pero se subsanó pensando ‘estoy aquí para vivir este momento’, para saber cómo iba a reaccionar en una situación tan adversa, al límite de la extenuación y ahí es donde uno empieza a aprender de uno mismo.
Empiezas a interiorizar elementos que nunca habías vivido para asumirlos como aprendizaje y poder implementarlos en el día a día de tu vida personal y profesional.
Afrontar un reto así es fuerza de voluntad pero también creerse parte de algo importante.
Independientemente de lo que te haya tocado vivir, la actitud debe ser siempre ‘no estoy construyendo un muro o poniendo ladrillos, estoy construyendo catedrales’.
La actitud que tú tienes, la significación que tú le das a lo que haces, es la que hace realmente que tengas una actitud positiva, que estés realizado, que disminuya tu posible frustración.
Convencerte de que estás aportando tu granito de arena al desarrollo del Hombre es al final lo que nos da razón de ser.
Estamos aquí para construir catedrales desde nuestro ámbito de actuación, da igual que estés en la colocación del ladrillo o en el diseño de los planes, cada uno tiene un rol que jugar.
Para alcanzar un objetivo, con un plan no basta, hace falta mucho más: anticipación a las posibles contingencias, equilibrio racional y emocional, confianza en uno mismo, liderazgo, trabajo en equipo.
La flexibilidad se entrena desde la tranquilidad que debe darte el saber que cuadro te enfrentas a algo inamovible es imposible avanzar, si no se da un paso adelante nos quedamos encorsetados en esa realidad, o saltas ese escenario o te quedas bloqueado.
En una situación límite, si te dejas llevar por la emocionalidad, por lo que representa, eso puede llegar a bloquearte, ahí es donde tiene que parecer la parte racional.
Si te dejas llevar por el nerviosismo que provoca el exceso de emocionalidad, se puede provocar un desastre.
Si eres excesivamente racional y no tienes una pequeña dosis de emoción ante lo que haces, otros te pasarán por la derecha y por la izquierda.
Una dosis de emocionalidad aporta un equilibrio clave en alguien que es racional pero que necesita también de esa otra parte para conseguir sus retos.
Cada uno de nosotros podemos y debemos liderar en algunos momentos de nuestras vidas, el líder nace y se hace.
La parte emocional es crucial cuando el cuerpo físicamente te dice ‘basta’.
Entrevista de Ana Villarrubia
SEBASTIÁN CEBRIÁN, ‘SUPERA TU CIMA’ (LID EDITORIAL)
