Ficha técnica
Título: Gloria mía
Autor: Manuel Gutiérrez Aragón
Editorial: Anagrama
344 páginas
19,90 euros
Como ya demostró en su anterior novela, Manuel Gutiérrez Aragón sabe contar historias. El interés de esta nueva no decae en ningún momento. Hay algunos momentos de clímax, pero en realidad toda la novela es un clímax sostenido. Cuando no es por una cosa, es por otra. Siempre hay algo que mantiene la atención. Hay materia suficiente para ello: amor, infidelidades, intriga, pasión, remordimientos, celos, negocios, etc. El protagonista es un aventurero que se desplaza a Colombia, a luchar con la guerrilla y regresa a Madrid, en donde se convierte en hombre de negocios.
Resulta muy curiosa la psicología de los guerrilleros. Nada inesperado, por otra parte. Luchan “por el pueblo”, pero los cabecillas mantienen unos privilegios sobre los demás. Un guerrillero muy joven, en un momento dado, se atreve a criticar esto. El protagonista también resulta sospechoso en un momento dado, circunstancia muy peligrosa en la selva colombiana. El peligro no impide que surjan unos amores y otros.
Finalmente, no tiene más remedio que huir a Madrid, para escapar de la policía, y para sobrevivir en su nuevo hábitat emplea las mismas armas y procedimientos con las que se defendió en ciudades y selvas colombianas. Otras mujeres ocupan su vida, mientras sus negocios le otorgan pingües beneficios, que le permiten llevar un tren de vida envidiable.
Cuestión distinta es lo que ocurre en su fuero interno, en donde se libra una batalla de descomunales proporciones, cosa, por lo demás no inesperada. No podía ser de otro modo. Quizá sin quererlo, el autor ha retratado a esa parte de nuestra sociedad que nada en una abundancia relativa, merced a sus escasos escrúpulos, y que al mismo tiempo se empeña en pensar que posee unos principios morales, para lo cual es capaz de adorar al Che Guevara y a otros personajes similares.
Con respecto a Gloria, que da título al libro, habrá lectores que se enamoren de ella, mientras que otros es posible que le tengan lástima.
Vicente Torres