La académica Carme Riera recorre sus primeros diez años de vida en la novela ‘Tiempo de inocencia’ (Alfguara), una narración en la que la escritora y filóloga reúne algunos de los recuerdos que han condicionado tanto su vida como su obra literaria.
En estas líneas, Riera muestra la intimidad de su memoria en un paseo nostálgico donde confluyen las experiencias de una familia acomodada de la Mallorca rural de los años 50 y 60. Para la autora de este libro, «el alma de las personas consiste en su memoria», que es donde «se resume la identidad», y la literatura no es más que un invento para «escribir sobre cuánto hemos perdido».
‘Tiempo de inocencia’ reúne las personas, los oficios, las fiestas, el encierro en el caserón de Palma, los largos veranos en la casa de vacaciones de Sa Marineta, los fríos inviernos y los sabañones, la culpa y el terror al infierno y las conspiraciones democráticas de su padre.
Su infancia se enmarca en la Mallorca rural previa al turismo, aún virgen de lo que la autora denomina «asesinos de paisajes» y de las «calamidades turísticas».
La pequeña Carme Riera que aquí aparece es una niña «tímida, temerosa, asustadiza y feúcha», en palabras de la autora, quien vive la magia, inocencia, sueños, olores, juegos, canciones y visitas que contrastan con un mundo cerrado y provinciano donde reina la disciplina, las prohibiciones, el castigo y el sentimiento de culpa.
TITULARES DE LA ENTREVISTA
«En nuestra época no había tanto envase, no se reciclaba y, sin embargo, hoy se contamina mucho más»
«A mí no me dejaron salir nunca sola a la calle y en cambio, a mis hermanos, menores que yo, sí»
«El latín y el griego eran imprescindibles, hoy es un disparate que hayan pasado a un quinto plano y eso lo vamos a pagar muy claro»
«Si no conocemos de dónde vienen nuestras palabras, los alumnos no podrán seguir las lecciones»
«Choca que en Francia Hollande diga que lo único donde no se recorte sea en Educación y aquí, en cambio se haga de mala manera»
«Que mi padre me prohibiera la lectura fue lo mejor que pudo hacer para yo cogerla con más ganas y afición»
«Curiosamente, fui una niña con muchas dificultades para leer»