Carolina Solé, con «Ojos de hielo», su primera novela, entra de lleno en el género negro. Uno de los puntos fuertes del libro es, sin duda, el tándem protagonista, una pareja de investiadores, la abogada Kate Salas y el sargento JB Silva, que irán seduciendo y atrapando al lector a medida que investigan la violenta muerte del terrateniente más importante de la Cerdanya.
Ambos personajes, que han llegado al panorama «negro» español para quedarse, deberán luchar contra su pasado si quieren resolver con éxito este misterioso caso.
Con un arranque muy potente, la historia empieza con la aparición del cadáver de Jaime Bernat, el empresario rural más importante de la Cerdanya, abandonado en sus tierras. Ha muerto con signos de violencia y los cuervos los están destrozando.
La historia parte de un asesinato. El poderoso empresario Jaime Bernat aparece muerto en su finca de Santa Eugènia, colindante con la de Dana Prats, la veterinaria de la zona. A Bernat le han vaciado los ojos, el anular de su mano derecha ha desaparecido y su cuerpo muestra señales de haber sido atropellado por un vehículo.
La comisaria de Puigcerdà, Magda Arderiu, encarga el caso al sargento J. B. Silva, que ha sido destinado al valle recientemente, y le coloca como ayudante al agente Arnau Desclòs, hijo y hermano de jueces, de una familia bien de toda la vida, que rechaza a Silva ya que lo considera un quinqui de los bajos fondos de Barcelona.
La Cerdanya, mes de noviembre. Llueve de madrugada y una niebla densa cubre el fondo del valle. El cuerpo de Jaime Bernat, el terrateniente más poderoso de la comarca, yace inerte sobre la tierra gélida de una era.
Entre los vecinos, todas las sospechas apuntan a Dana Prats, cuya familia mantiene un litigio generacional con la familia Bernat por un asunto tierras. Acechada, Dana pide ayuda a su amiga de infancia, la abogada Kate Salas, quien regresará a su pueblo natal dispuesta a demostrar la inocencia de su amiga.
Ojos de hielo es una historia de familias que nos invita a reflexionar sobre la ambición y sus límites, sobre el modo en que la niñez condiciona la vida adulta, sobre las ofensas que el tiempo y la memoria convierten en agravios imperdonables… Y sobre la inexcusable necesidad de perdonar.
Carolina Solé nació en Sabadell (1966), donde vive con su marido y sus dos hijos. Abandonó los estudios de económicas para montar su propio negocio, una empresa que dirigió durante veinte años en los que fue proveedora de grandes compañías multinacionales del sector textil.
Desde siempre estuvo en su horizonte la idea de hacer un cambio profesional al llegar a los cuarenta. Y así lo hizo tras la muerte desu padre donde fue creciendo en el oficio de escritora en el que se estrena con ‘Ojos de hielo’.
