Un manual lleno de sabiduría y humor sobre el oficio de ser madres (y padres) de adolescentes, escrito por dos profesionales con una larga experiencia sobre el terreno en las relaciones padres-hijos.
Para que no te vuelvas a sentir culpable ¿Cuántas veces habremos oído aquello de que “madre no hay más que una”? ¿Cuántas lo habremos pensado mientras nos empeñábamos en ser la madre ideal?
Pues he aquí un libro que parte de la premisa contraria: hay madres de todo tipo. Las que se pasan horas en la cocina y las que encargan una pizza; las que trabajan fuera y las que lo hacen dentro de casa; las que abrigan a sus hijos para que no se enfríen y las que los desabrigan para que desarrollen sus propias defensas… Y está bien que sea así, porque no hay una sola manera de hacer bien las cosas, sino varias, o incluso muchas.
De esta manera arranca el libro escrito por Diana Guelar y Andrea Jaúregui, desmitificando ese modelo que comúnmente se entiende por “una buena madre”, un ideal que, dicen ellas, por su exigencia extrema, nos hace sentir culpables a la primera de cambio.
El presente libro tiene como objetivo que las mujeres dejemos de medirnos con ideales absurdos que nos hacen sentir incompetentes, culpables y llenas de dudas. Ya es hora de que nos aceptemos como seres imperfectos. La flexibilidad y la tolerancia nos ayudarán a salir de un terreno conocido para encontrar nuestro propio estilo de madres.
Guelar y Jaúregui se califican, con humor, como “mujeres que rondamos los 50 años”. La realidad es que además de eso, ambas son profesionales con mucha experiencia, tiempo que han empleado, entre otras actividades, en trabajar con padres, madres e hijos, y saben bien lo difícil que resulta criarlos y educarlos hoy en día.
Encontrar un criterio apropiado para cada ocasión, ponerles límites sin quedarse cortos ni pasarse o, simplemente, establecer una buena comunicación con ellos, puede resultar un rompecabezas, y muy especialmente en ese territorio llamado adolescencia donde, a menudo, madres y padres tenemos la sensación de haber perdido el mapa.
Las autoras han querido huir del manual pretencioso lleno de consejos. Su propuesta consiste más bien en la reorientación del papel de la madre en el mundo actual y en la llamada de atención sobre determinados comportamientos poco acertados que, al ser tan repetitivos, se han vuelto invisibles, para los que van dando soluciones a través de un discurso reflexivo y experto.
El libro está dividido en cuatro partes. En la primera, se repasa cómo se ha ido transformando con el tiempo el concepto de madre y cómo ha ido evolucionando su papel; en la segunda se analiza cómo se generan los problemas, por qué muchos de ellos se terminan haciendo crónicos y de qué manera podemos prevenir que esto suceda; la tercera se destina a la reflexión sobre los ideales y conflictos de las madres en el complejo contexto actual; y en la última parte se efectúa, con una mirada no exenta de humor, un repaso a los errores más frecuentes de las madres y se normalizan algunas conductas erróneas en las que solemos caer cuando, paradójicamente, nos esforzamos demasiado por hacer bien las cosas.
Hay una quinta y última parte denominada “Mapa de rutas”, donde se resume todo lo expuesto de una manera muy útil y a la vez divertida, y que constituye un ingenioso recurso de consulta rápida para momentos de crisis o urgencia.
El resultado es un libro muy revelador y cercano en el que las madres se verán reflejadas, comprendidas y apoyadas en la difícil tarea de criar y educar a los hijos en el cambiante mundo de hoy.
Una de las líneas argumentales del libro es la de destapar falsos mitos:
Frente al mito de que el instinto maternal le viene dado a todas las mujeres, las autoras argumentan que esta afirmación no está probada científicamente. Es cierto que hay hormonas que juegan un papel, pero no son determinantes, ya que no todas las mujeres sienten necesidad de tener hijos.
Las autoras se inclinan a pensar, por el contrario, que se trata de una construcción cultural. La consecuencia de esto es la aceptación de que cada madre es única y, por ello, existen miles de opciones posibles para ser buenas madres, y no solo una, como nos quieren hacer creer.
El mito del amor y la entrega incondicionales son dos ideas peligrosas, porque nos llevan a medirnos con una vara tan alta que nos crea un sentimiento de culpa en aquellas ocasiones en las que no nos sentimos satisfechas o felices en nuestro papel de madres. Nadie puede ser abnegada siempre, estar continuamente de buen humor o tener todas las respuestas a los problemas o las dudas que plantean los hijos. La única salida a esta trampa es que aceptemos nuestra imperfección con naturalidad.
El mito de la herencia familiar es una cuestión en la que el saldo puede ser tanto positivo como negativo. Pero, en cualquiera de los casos, los valores que heredamos están tan arraigados que muchas veces se vuelven invisibles, y ello puede llevarnos a repetir modelos no deseados.
Por eso es conveniente analizar de dónde vienen los valores que transmitimos y si verdaderamente estamos de acuerdo con ellos; y una vez hecho el análisis, luchar por ser nosotras mismas y practicar la flexibilidad para cambiar de rumbo cuando vemos que algo no funciona.
Diana Guelar es licenciada en Filosofía, sección Psicología, por la Universidad de Barcelona. Fue becaria Fulbright en el Mental Research Institute de Palo Alto, donde se formó en terapia sistémica y estratégica. Fue cofundadora y directora del Centro de Terapia Breve de Barcelona y actualmente es codirectora del centro de atención y prevención para jóvenes y adolescentes La Casita, en Buenos Aires.
Ha publicado, en colaboración con Rosina Crispo y Eduardo Figueroa, Trastornos del comer. Terapia estratégica e intervenciones para el cambio y Anorexia y bulimia: lo que hay que saber. Con Rosina Crispo publicó Adolescencia y trastornos del comer y Adolescencia, manual de supervivencia para padres e hijos. Los chicos del exilio. Argentina (1975-1984), escrito en colaboración con V. Jarach y B. Ruiz, cuenta las historias de los adolescentes argentinos que tuvieron que dejar el país durante la última dictadura militar.
Andrea Jáuregui es licenciada en Historia de las Artes por la Universidad de Buenos Aires, donde también estudió Letras y ejerció como docente e investigadora. De esa experiencia nacieron diversas colaboraciones en publicaciones como Historia, arte, cultura: de Aby Warburg a Carlo Ginzburg, Historia de la vida privada en Argentina y Nueva historia argentina. Arte, sociedad y política.
En los últimos años se ha interesado por la investigación de los patrones de pensamiento y comunicación, y en 2008 obtuvo un máster en Programación Neurolingüística. Es ensayista, narradora y poeta. En la actualidad coordina talleres de escritura creativa, comunicación estratégica y liderazgo.
Diana Guelar y Andrea Jáuregui, autoras de ‘Mamás perfectamente imperfectas’ (Editorial Planeta, 2013).