Martín Casariego ha escrito una maravillosa novela que se lee con el corazón en un puño. La historia de una amistad y sus grietas.
José y Lucas son dos amigos que llevan casi tres décadas escalando las montañas de medio mundo. Aunque su amistad parece inmune a todo, uno de ellos sabe que una fina grieta lleva años resquebrajándola.
En una épica ascensión al Mont Blanc en la que el frío, la nieve, el viento y la naturaleza en su estado puro llevarán a los dos protagonistas al límite, descubrirán que siempre hay secretos inconfesables y deberán enfrentarse a sus fantasmas y miedos, pasados y futuros.
TITULARES
«Yo quería contar la historia de una amistad sólida, de muchos años, que nace y termina en la montaña porque los dos eran alpinistas».
«He crecido leyendo los periódicos de papel y quería también hablar del final de una época. Para mí es un medio insustituible y me da pena que puedan llegar a desaparecer».
«Me operaron de un desprendimiento de retina, no podía leer y tenía la posibilidad aterradora de no volver a ver y mis amigos y familiares me leían el periódico. Yo ahí empecé a pensar en las cosas que no prestamos atención porque las tenemos ahí, como los periódicos».
«Mi novela es un homenaje al periodismo, es positivo. Tienen su defecto pero a la vez los periódicos son un intento por hacer un resumen o una fotografía de un día en el mundo, y eso tiene un valor enorme».
«Me documenté mucho cuando empecé a escribir la novela, sobre montañismo, leyendo, viendo internet y fotografías y hablando con montañeros».
«Para los verdaderos alpinistas lo que importa es el ascenso, y como en la vida, a veces lo que nos gusta es tener un objetivo que nos haga movernos pero llegar a ese objetivo a veces no es lo importante».
«Cuando escalas con alguien muchas veces tu vida depende del otro y es un lazo especial por eso son especiales las amistades que se forjan allí. A veces comparten cordada, lo que ellos a veces llaman cordón umbilical».
«Tenía las ganas de escribir una historia sobre una amistad porque no es un tema muy tratado en la literatura. Me di cuenta de que en la amistad como en todo, siempre hay algo, luces y sombras».
«En esta novela aparecen las dos facetas del alpinismo, como deporte y como invención cultural».
«Cuando escribes de algo también te hace reflexionar sobre eso que estás escribiendo».
«La amistad es una de las cosas que puede ser más limpio pero muchas veces está muy enturbiada. Lo más importante es saber perdonar».
«La amistad, como todo, te pone a prueba y te pone a prueba a ti mismo. No es fácil alegrarte de los éxitos de los demás, ni del de los amigos».
PERSONAJES APASIONADOS DE LA MONTAÑA
José es honesto, generoso, idealista e ingenuo, un hombre corpulento que normalmente lleva la iniciativa en cada escalada. Su gran pasión es el montañismo, algo que heredó de su abuelo. Sus grandes amores, aparte de la montaña, son su mujer Susana y su hijo Adrián. Vive de una pequeña imprenta que en esos momentos está al borde de la quiebra. Será víctima de la ‘posesión infernal’ que en cierto momento invadió a su mejor amigo.
Desde el principio el narrador hace partícipe al lector de una confesión que marca toda la historia: a José le quedan cuarenta horas de vida. A partir de ahí, la cuenta atrás se convierte en un escalada de final incierto, donde el desasosiego se pliega a los recuerdos, a las experiencias pasadas y los momentos compartidos que ya no tendrán futuro.
«Subido a lo alto de una peña en Gredos, el niño escuchaba con los ojos muy abiertos. Saussure fue quien tuvo una idea revolucionaria, le explicaba su abuelo. A lo largo de doscientos años, sobre sus ideas se auparon Whymper, Mummery, Mallory y Bonatti. Aquellos nombres extranjeros hacían soñar al nieto con hazañas y peligros. El alpinismo no consiste en que un señor suba una montaña, continuaba el anciano. Es una construcción mental, obra de Europa, y nació en el Mont Blanc, en su corazón.»
Lucas es un vividor y apasionado de las mujeres, que conquista fácilmente sobre todo entre sus alumnas. Son lo que más le importa en la vida, junto a la familia, la montaña, los números y su amistad con José. Es profesor de matemáticas en la universidad de Ulm en Alemania. De José aprendió a amar la escalada y a vivirla como una experiencia única. Solo una vez traicionó a su amigo, en un arrebato inesperado, como si de una posesión se tratase. Algo que ha silenciado durante años en un vano intento por olvidarlo, pero que ya no puede callar más.
«Siento que tú siempre me has dado más. Quiero que sepas que tu amistad es una de las cuatro cosas más importantes de mi vida.»
Susana es la mujer de José, su gran amor. Se conocieron cuando ella era todavía muy joven y ya no han sabido separarse. Bella, inquieta y seguidora fiel de sus esposo en su afición por el montañismo, ahora con la edad, intenta frenar un poco sus impulsos de escalada, pero no termina de conseguirlo. Entre Lucas y ella existe cierta animadversión que no termina de cerrarse y que a José, resignado, le termina doliendo mucho.
«Creo que ya ha quedado claro que para ellos la amistad no era una simple palabra decorativa, sino un don sagrado. Pero justamente el hecho de que exista algo sagrado es lo que permite una profanación.»
Adrián es el hijo de Susana y José. Igual que el abuelo consiguió transmitir al nieto profundas enseñanzas, historias de montañeros ilustres, y el amor por la montaña, pues ahora lo mismo hace José con su hijo. Con casi diez años es su gran ilusión: ver como Adrián va adquiriendo sus mismos ideales y aficiones.
«Las revoluciones se desencadenan por el hambre, pero tienen su origen en las ideas, nos aseguraba un profesor de historia. Para un griego lo bello era un olivar, un río sereno, unos pastos: aquello que hacía más llevadera la vida humana. Las montañas eran lugares inhóspitos, morada de monstruos y dragones, o bien, por el contrario, de dioses. Y esta visión prevaleció en Occidente hasta los siglos XVIII y XIX, cuando el mundo cambió porque cambió la forma de ver el mundo.»
UNA LUCHA A CUERPO CON LA NATURALEZA
Con un estilo ágil, Casariego sabe enlazar dos mundos, el de los protagonistas, que por distantes no quiere decir no puedan complementarse. Una historia de amistad que se sustenta en la fidelidad y el silencio, como ese permanente diálogo interno que termina confluyendo en un punto común, una persona, un nombre. Híbrido entre la novela de aventuras y el relato de corte más intimista, el libro apuesta por la acertada mezcla de géneros así como de diferentes registros narrativos.
«Vencer las dificultades, luchar y esforzarse para luego alcanzar el merecido descanso, y sin infligir daño a nadie: José pensaba que era por eso por lo que valía la pena vivir. Sentirse, aunque fuera falso, como bravos guerreros que desafiaban el dolor y la muerte, guerreros que no se enfrentaban a otros combatientes, sino a la naturaleza y, sobre todo, a sí mismos, como Filípides.»
Narración que rompe con la estructura lineal de la novela clásica para presentarnos la trama central a saltos, entre el pasado y el presente, pasando del lenguaje periodístico y documental al interior e inquieto de los grandes viajeros. Esta forma de escribir la domina el autor a la perfección, consiguiendo una coherencia y una tensión narrativa digna del lector ávido de conocimiento. La emoción alcanzada entonces deja de ser solo subjetiva, para hacerse también estética.
«No era solamente una amistad de placer, propia de la juventud, ni de utilidad, más frecuente en el mundo adulto, ambas pasajeras, que se forman y terminan con facilidad. La verdadera amistad, la que resiste el paso del tiempo, la que es una variedad del amor y por lo tanto es exclusiva, supone mucho más que el simple disfrute o el beneficio mutuo.»
‘En Un amigo así’, realidad y ficción van de la mano, de la misma manera que el miedo y el montañismo, o la amistad y la fidelidad. Hasta que algo se rompe y empieza a pudrir la manzana que antes se compartía. Los temas trascendentes como el amor, la lealtad, el paso del tiempo o la moralidad humana laten en esta novela de profundos temores y grandes silencios. Pero si algo prevalece en el fondo de esta magnética novela no solo es el sentimiento de amistad que siempre pervive, sino el reconocimiento de esa fuerza impulsora y poderosa que ha permitido con los años la manifestación del montañismo.
«En cierta ocasión, a Mallory le preguntaron el porqué de su obsesión por escalar el Everest. Respondió: «Porque está ahí».»
El lector finalmente podrá reconocer que aunque el tiempo pueda borrarlo todo, sí hay algo que permanece indeleble, y es el sentimiento de culpa, que ni con la revelación o el reconocimiento suele saldarse. Y otra vez aquí surge el paralelismo con los grandes conquistadores de las alturas: por muchas cimas que se coronen, reveses que se tengan o tragedias que se vivan, lo que en ellos siempre permanecerá duradero e imborrable, es la atracción por la cumbre, por ese lugar donde todo es puro y no existe la mentira.
«A menudo los matemáticos somos como los alpinistas, conquistadores de lo inútil.»
EL AUTOR
Martín Casariego (Madrid, 1962) es licenciado en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid. Se dio a conocer con Qué te voy a contar (Premio Tigre Juan a la mejor opera prima 1989).
En el ámbito editorial ha cultivado diversos géneros narrativos, desde la novela hasta el ensayo, pasando por el relato o la literatura juvenil. De entre sus novelas también podrían destacarse: Mi precio es ninguno (1996), La hija del coronel (Premio de Novela Ateneo de Sevilla, 1997), La primavera corta, el largo invierno (1999), o La jauría y la niebla (II Premio Logroño de Novela, 2008).
De sus novelas juveniles podrían señalarse títulos como Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero (1995), Qué poca prisa se da el amor (1997), Dos en una (2002), o Por el camino de Ulectra (IV Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, 2007) Casariego es también merecidamente reconocido por su labor como guionista de cine.
Es autor de guiones (siempre en colaboración) como los de Amo tu cama rica (1991), La Fuente Amarilla (1999), Días azules (2006), o la adaptación de su novela Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero (estrenada en 2001).
Ha colaborado con artículos, columnas y relatos en medios de prensa como Diario 16, El Mundo, ABC y Público. También ha sido profesor de guión cinematográfico en la escuela de creación literaria Hotel Kafka. ‘Un amigo así’ es su última novela.