Entrevista al histórico columnista de El País y autor de 'Autobiografía de papel' (Mondadori)

Félix de Azúa: «Cuando vi aparecer a Verstrynge supe que al 15-M ya se lo habían cargado»

"El pobre Willy Toledo no se da cuenta de que el peor castigo va a ser justamente vivir en el país que él propone a todos nosotros"

Tras varias décadas de intensa dedicación al oficio de la literatura, Félix de Azúa vuelve la mirada a las ruinas del siglo pasado para narrar su experiencia a través de los géneros, una peculiar autobiografía donde no importa tanto el sujeto como el caso.

Con implacable lucidez, a lo largo de unas páginas vibrantes, llenas de iluminaciones, Azúa revisita sus distintas edades literarias, desde la iniciación en el lenguaje sagrado de la poesía para entrar luego en la democracia de la novela y de ahí al laberinto del ensayo, con una coda dedicada al periodismo como género dominante de nuestros días. El relato de su propia trayectoria le permite a Azúa, además, construir una lectura, personal y contundente, del curso de la literatura a lo largo del siglo XX.

Félix de Azúa conversa con Periodista Digital en la sede de Random House Mondadori en Madrid en un charla imperdible sobre literatura, periodismo y política.

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«La derecha y de la izquierda son empresas de publicidad, no hay que engañarse e incluso ahora cuando un partido dice que es de derechas o de izquierdas está mintiendo, ya no hay partidos de izquierdas o de derechas, son negocios de izquierdas o de derechas, que es distinto».

«En aquella época todavía como éramos jóvenes e ingenuos nos lo creíamos y pensábamos que la izquierda efectivamente podía construir un mundo mejor, más justa, más libre, más preparada, y era absolutamente falso. La prueba no es sólo Corea del Norte, es también nuestra propia sociedad».

«Nosotros pensábamos que la izquierda se preocupará en dar una educación, y culturizar a la gente, enseñarle a pensar… nada, la izquierda ser cargó la educación y todavía ahora es una ruina absoluta».

«A la derecha la educación le da igual, pero la izquierda, uno suponía que la educación iba a ser lo primero, lo primordial, crear buenos ciudadanos y nada, se lo ha cargado tranquilamente. Lo que describo en el libro del idiota es esto, éramos idiotas, sí, y comprábamos todo lo que nos metían en la publicidad y tardamos mucho en darnos cuenta de que era publicidad».

«El 15-M al principio todos lo cogimos con gran simpatía, y luego, una vez más me decía a mí mismo «has vuelto a caer en la misma tontería de siempre, eres un idiota» porque al cabo de un mes veías uno, que había una jefa, dos que no había ideario y tres que eran asamblearios… me van a explicar a mi cómo se lleva una asamblea…»

«Luego empiezan a aparecer para mí unos personajes para mí, grotescos, no se, no era el alcalde de Marinaleda pero era Verstrynge que para mí era lo mismo y digo, «ya se lo han cargado», ya se han cargado un movimiento que podía tener alguna gracia, que podía tener alguna idea y que podía empezar a hacer algo».

«Pensé que ya se habían cargado el 15-M porque era publicidad y era un espectáculo y los espectáculos siempre los dirige alguien con intereses totalmente ocultos».

«Yo era muy felipista y me caía muy bien. Creo que el paso de Felipe fue muy importante en este país aunque cometió errores gravísimos, algunos como lo del GAL, de principiantes».

«Mi trato con Felipe claro, fue efímero, los políticos son gente que aunque te diga que te ama y te besen en la boca, tú sabes que no es verdad pero cuando nos llamó por primera vez a gente que suponía que éramos de extrema izquierda nos vestimos como pincelitos y él en cambio iba vestido de anarco de universidad, me hizo una gracia impresionante. Fue un juego estípido, él lo que quería es gustarnos a nosotros y nosotros a él y nos habíamos disfrazado los dos».

«Mi vocación ha sido esa, la de estar fuera de los intelectuales de la época, no sé cómo lo he hecho pero ya desde Franco me acostumbré a estar fuera de lo que se llevaba y me he quedado en eso».

«Casi todo lo que escribo son decepciones pero son decepciones que deberían despertarte a otra posibilidad mejor».

«En el caso del pobre Willy Toledo, como ya todos veíamos, es un hombre con muy pocas luces, tiene la peor penitencia que podría tener… el pobre no se da cuenta de que el peor castigo va a ser justamente vivir en el país que él propone a todos nosotros para que vivamos en él».

«Él vivirá los privilegios de los directores, de los grandes tiranos pero así todo vivir en el resort de un tirano es la cosa más aburrida y más necia que puede existir y este pobre hombre o se nos suicidará dentro de un año o le vemos en una patera rumbo a Miami».

«No podemos ser el país peor educado de Europa, y la ley Wert no va a servir para educar».

«Estudié en Navarra porque mis padres pensaron que el OPUS me pondría meter en vereda, y nos encontramos allí las ovejas negras de media España y no he vivido una época más delictiva en mi vida».

«Jimmy Giménez Arnau era de mi grupo de amigos en la universidad, un grupo muy delincuentosos y hacíamos barbaridades. Jimmy es un tío muy listo y tiene mucha gracia, es muy simpático, es un cabeza loca pero me cae muy bien».

«Yo llevo en ‘El País’ desde su fundación y me gusta muchísimo. Para tipos como yo y de mi edad y que hemos estado en El País desde que tenemos 30 años o 20, es casi inconcebible el mundo sin ‘El País’ y sin embargo debo decir que es muy posible, que conozcamos el mundo sin El País».

«El País está en un situación dificilísima, muy dolorosa y sobre todo para los que tienen allí su trabajo, los profesionales, periodistas, muchos amigos míos, pero es una situación que tiene muy difícil solución».

«No tengo ningún problema para escribir en otros lugares, es una cuestión puramente sentimental. Yo he escrito y escribo en otro medios, durante los años que viví en Barcelona escribía el ‘El Periódico de Catalunya’ que es el periódico muy de la ciudad, fue antes del tripartito. El tripartito destrozó Cataluña, ahora Cataluña no tiene el menor interés, pero entonces se podía escribir todavía en un medio catalán».

«El medio condiciona a la hora de escribir, no es que te reprimas o te censures pero sabes para el tipo de público que va. En ‘El Periódico’ me permitía muchos más chistes que cuando escribo para El País. En los digitales en realidad no sabes para quién escribes y eso despista mucho por eso se tiende a algo más localizado e informativo o algo más abastracto, sobre la condición humana».

Félix de Azúa, Autobiografía de papel, (Literatura Mondadori, 2013)

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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