Fidel es un jesuíta con un uniforme militar verde oliva. Lo es desde los principios de su infancia, le debe mucho a los jesuitas y ellos muy poco a él
En una amena entrevista a Periodista Digital el escritor y periodista Español Juan Jesús Armas Marcelo (Juancho) presenta su último libro ‘Requiem Habanero por Fidel’. una novela crítica, escrita con ironía e inteligencia, pero también con una extraordinaria admiración por un país y por la gente que lo habita mientras esperan, sin rendirse, lo que les deparará el futuro tras la última muerte de Fidel Castro.
La Habana es muy habladora. Habla todo el tiempo, pero tiene una forma de hablar que no tiene ninguna otra ciudad en el mundo. Habla de lado, como si no hablara. Larga el rumor contra las paredes, lo hace subir y bajar por las calles y cuando viene a morir en la boca de las amas de casa ya está constatado que es mentira, aunque nadie va a quitarle importancia al embuste. ¿Cuántas veces ha matado el rumor de La Habana vocinglera a Fidel Castro? Cientos de veces.
Walter Cepeda, coronel retirado de la Seguridad del Estado, recibe una llamada telefónica de su hija exiliada en Barcelona que le anuncia la muerte de Fidel Castro. Revolucionario convencido, Walter pertenece a un mundo que se está desmoronando desde hace tiempo, que ha abandonado todo idealismo para caer en la pobreza, el aislamiento y la corrupción. La noticia desata en él un torrente de recuerdos. A oscuras, en la más grande soledad y con la banda sonora enloquecedora de los ladridos de una perra llamada María Callas, el viejo coronel hace balance de los sueños y los fracasos propios y ajenos hasta componer el epitafio de una época heroica y definitivamente perdida.
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«Es una metáfora de la revolución, aquella cosa en la que al principio todos creímos y al final no creen ni ellos».
«Es una historia triste pero al mismo tiempo tragicómica, porque tiene que ver con ese mundo del humor, si no fuera por el humor el pueblo cubano no habría resistido ese tipo de dictadura tan fuerte y al mismo tiempo su sometimiento a tantas necesidades no cumplidas y siempre prometidas».
«Esta novela es un poco un bolero, es una melodía que camina entre el son cubano y el bolero caribe, sí está siendo tan fácilmente leída es porque tiene una música».
«Evité hablar de Reinaldo Arena, porque pertenece a otro caso, por sí mismo, por su categoría, su envergadura intelectual, su rebelión, su estatus de homosexual».
«Los etarras que están viviendo en la Isla se pasean por donde les da la gana, tienen las más altas relaciones con cierta nomenclatura cubana y desde luego con la Policía. Son informadores de la Policía y está los informa, cuando digo la Policía digo la Seguridad del Estado, la G2».
«El gudari que está en centro Habana, es en realidad un centro de información, un santuario en ruinas. Cualquier conversación con gudari es intercambio de información, es un sitio donde se intercambia la última información del mundo».
«Fidel no aparece en la historia, aparece en nombre, en fantasma y en la muerte. Todo el mundo sabe que a cada rato lo matan, que ha tenido 600 atentados, es imposible, aparece uno por día y es un exceso, pero forma parte de lo excesivo que es el personaje desde el punto de vista histórico e histriónico y ahí aparece como una ausencia que se va».
«Fidel es un jesuíta con un uniforme militar verde oliva. Lo es desde los principios de su infancia, le debe mucho a los jesuitas y ellos muy poco a él».
«El bloqueo es un embargo de los Estados Unidos que nadie cumple, salvo los Estados Unidos, pero eso les sirve a ellos como justificación moral. En EEUU están encantados al mismo tiempo porque si no, no soportarían la caída del dólar encima de la isla y se vendría abajo el sistema».
«Se atribuye a Einstein el descubrimiento de aquella teoría que dice, más allá de la relatividad, «que el número de imbéciles en la humanidad es infinito y los intelectuales, o los que parece que lo son, no son inmunes a está estupidez» (el régimen Comunista), si no quieren verlo que no lo vean, pero esto es así».
«Cuando muera Fidel, lo que me temo que felizmente ocurrirá es que la gente de dentro y de fuera, que son primos hermanos, cuando no hermanos, se den un abrazo y se ayuden, que habrá cinco días de venganza, puede haberlos, pero después espero que sea así».
Juan Jesús Armas Marcelo, (Las Palmas de Gran Canaria, 22 de julio de 1946). Novelista, ensayista y periodista español. Es también colaborador habitual en diarios y revistas.
Publicó sus primeros cuadernos literarios ‘Monólogos y Scherzos pour Nathalie’ en Inventarios Provisionales, colección editada en Las Palmas a cargo del poeta Eugenio Padorno, entre 1970 y 1972. Su primera novela, ‘El camaleón sobre la alfombra’ (1974), obtuvo el Premio Pérez Galdós de Novela en 1975. En 1976 apareció su segunda novela, ‘Estado de coma’, y en 1978 la tercera, ‘Calima’. ‘En Las naves quemadas’ (1982) y en ‘El árbol del bien y del mal’ (1985) describe el universo de Salbago, ciudad imaginaria y mítica. En 1989 publicó ‘Los dioses de sí mismos’, que obtuvo el Premio Internacional de Novela Plaza y Janés. Otros títulos del autor son: ‘Cuando éramos los mejores’, ‘Los años que fuimos Marilyn’, ‘Así en La Habana como en el cielo’, ‘Madrid, distrito federal’ y ‘La noche que Bolívar traicionó a Miranda’.
Asimismo, es autor de los ensayos ‘Propuesta para una literatura mestiza’; ‘Tirios, troyanos y contemporáneos’, una selección de sus artículos y ensayos literarios; ‘El otro archipiélago’, documento histórico sobre la diáspora insular canaria en América, y ‘Vargas Llosa’. ‘El vicio de escribir’, un profundo estudio biográfico, político y literario sobre el escritor peruano.
En marzo de 2012 recibe la Medalla de Oro de la ciudad blanca de Arequipa (Perú) y el 9 de abril, fue nombrado miembro académico de la Real Academia Hispanoamericana de las Ciencias, Artes, y Letras, con sede en Cádiz y dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Actualmente Juan Jesús Armas Marcelo dirige la Cátedra Vargas Llosa de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.