Yo diría que es un riesgo de los narradores actuales el prescindir del estilo, de la elegancia retórica
Ignacio Ferrando escribe una novela que permite conectar con el subconsciente, y así lo explica en Periodista Digital: «‘La oscuridad’ puede dar lugar a una profunda reflexión por parte del lector, que es el interés del autor».
Una densa oscuridad se cierne en el invierno ártico sobre Storbørg, la pequeña población donde vive Endre Solberg, un director de cine experimental que acaba de perder a su mujer en un aparente suicidio. Sin embargo, al volver a casa tras el velatorio, la encuentra viva en el salón, como si nada hubiera sucedido.
Desde ese momento, el lector de ‘La oscuridad’ asiste a una intriga creciente, reflejo de la que atenaza a Endre, inquieto por saber quién es esa misteriosa mujer: si se trata de un fantasma o de una impostora, del reflejo de su propia culpabilidad, o si Liv, actriz frustrada, preparó todo para una última gran representación.
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«Me resultan mucho más interesantes los conceptos, yo siempre he pensado que en una buena novela no hay personajes sino conceptos con piernas».
«El tema principal de la novela es la identidad, es verdad que trata conceptos como el amor, la muerte, o la envidia, es decir, lo que no somos. Al final es una cuestión de enfoque, todo este tipo de cuestiones lo que hacen es definir precisamente a la persona, te define como individuo, o el miedo que puedas tener a la muerte te define también como individuo».
«Es esta novela todo el enfoque esta orbitando alrededor de esa idea central que yo he querido que esté en el texto y que tiene que ver con la interpretación. En un pequeño o no tan pequeño porcentaje estamos siempre interpretando algo y la línea divisoria, lo que plantea la novela es dónde se rompe la amoralidad del concepto, dónde dejamos de ser personas morales y estamos interpretando más allá de lo que somos».
«Que nunca lleguemos a conocer a las personas que tenemos al lado, a mi me parece una cosa espeluznante».
«La ambigüedad también significa algo. Hay un tipo de lector que necesita saber qué es lo que pasa exactamente, cuáles son los hechos, cómo cierran y hay lectores que juegan a varias historias contenidas dentro de unos mismos hechos. Para mí la ambigüedad crea dos significados por el precio de uno».
«Yo creo que no hay obra artística sin diálogo, sino lo que hay es un texto que describe una serie de acontecimientos de forma lineal pero sin trasfondo».
«El texto tiene una serie de referencias cinematográficas y dramatúrgicas. El lenguaje literario tiene una serie de características propias que son muy potentes y que no tiene el cine. Nunca podremos competir con una película a nivel de trama o de lenguaje estrictamente cinematográfico».
«Yo diría que es un riesgo de los narradores actuales el prescindir del estilo, de la elegancia retórica e irse al otro extremo, creen que una historia es solo contar una historia».
«Al principio cuando empecé a escribir novelas pensaba que me lo inventaba todo, pero con los años y un cierto objetivismo sobre mí mismo, he llegado a la conclusión de que en mis libros hay mucho más de mí de lo que yo me atrevo a confesar. Todo está en el subconsciente».
«Mi intención es escribir un texto con varias pieles, cualquier lector puede pasar un buen rato pero es verdad que detrás admite lecturas. Me encantaría que el lector que se acerque a la oscuridad establezca ese diálogo, y que sintiera que forma parte del texto».
«Nunca he tenido la valentía de enfrentarme a un texto del género de terror, siempre me ha interesado el terror, pero no en sentido plástico o de efectos especiales sino el subconsciente».
Ignacio Ferrando, (Trubia, Asturias, 1972), es escritor e ingeniero. Reside en Madrid, donde ejerce la docencia en la Universidad Politécnica y en la Escuela de Escritores.
Su primera novela ‘Un centímetro de mar’ (2011) obtuvo el Premio Ojo Crítico y el Premio Ciudad de Irún. Como cultivador de la narrativa breve ha logrado recientemente el Premio Setenil al mejor libro de cuentos publicado en España con ‘La piel de los extraños’ (Menoscuarto, 2012), su tercera recopilación de relatos tras ‘Ceremonias de interior’ (2006) y ‘Sicilia, invierno’ (2009). Este galardón se suma a otros prestigiosos premios del género (Juan Rulfo, NH-Mario Vargas Llosa, Hucha de Oro, UNED, Ciudad de San Sebastián…).
Varios de sus relatos se han traducido al inglés y al alemán y aparecen seleccionados en antologías como ‘Perturbaciones’ (2009), ‘Un nudo en la garganta’ (2009) y ‘Siglo XXI’. ‘Los nuevos nombres del cuento actual’ (Menoscuarto, 2010). En este mismo sello ha publicado su segunda novela, ‘La oscuridad’ (2014).
