La censura hoy viene por parte del mercado que es el que decide quién publica y quién no en un marco de sobreproducción de textos
Patricio Pron, autor de ‘El libro tachado’ y ‘Nosotros caminamos en sueños’, visita la redacción de Periodista Digital, donde hemos hablado sobre la identidad de los autores, su relación con los lectores, sobre libros publicados y no publicados, en definitiva, sobre la esencia de la Literatura:
«Es necesario reflexionar sobre el futuro de la literatura, sobre aquellos libros que tenemos y sobre los que no tenemos».
Libros censurados, corregidos, quemados, prohibidos, los que quedaron silenciados y bloqueados desde fuera y desde dentro, por autores dementes, plagiados, suicidas, egoístas, queridos y exitosos. El libro tachado no intenta ser una historia sobre la literatura, pero sí la historia para aquellos lectores no puede dejar de leer.
Patricio Pron comenzó en 1992 a ejercer el periodismo en varios medios como La Capital de Rosario o El Litoral de Santa Fe. Escribe en suplementos culturales de El País de Montevideo y ABC así como en las revistas de Occidente, Quimera y Letras Libres(España). Además durante el año 2000 recorrió ha recorrido Europa, los Balcanes, África del Norte y Turquía como corresponsal del diario La Capital.
‘El libro tachado’ presenta una estructura dialógica que pretende recuperar la idea central de los ensayos de estilo clásico. Durante la conversación con Lorenzo Rodríguez, comentó que ha disfrutado recuperando el estilo de ensayo con comentarios y notas a pie de página que dan libertad de lectura.
«La literatura no debe ser un monólogo del autor, sino una conversación con el lector que debe participar en lo que en la obra se cuenta».
TITULARES DE LA ENTREVISTA CON PATRICIO PRON
«Este libro pretende ser una historia negativa sobre la literatura, una historia de todas aquellas formas en las que la literatura no ha podido ser, es decir, una propuesta sobre los últimos doscientos años que pone de manifiesto esas formas literarias que han sido canceladas o suprimidas».
«Algunos autores optaron por no plasmar su nombre o autoría por su deseo de alcanzar un silencio que los redimiese y los pusiera lejos de las penurias propias de la literatura».
«Hoy en día existe la paradoja de que hay autores que desean encontrar textos escritor por ordenadores. Este deseo de literatura sin escritores, y por consiguiente sin egoísmo, es ya una realidad: Associated Press ha decidido comercializar con textos producidos por robots y ordenadores, lo cual permite eliminar la vanidad propia de los autores».
«La crítica francesa decretó la muerte del autor en los años sesenta, sin embargo, se ha mantenido vivo como reclamo comercial y como forma de mantener el modelo de negocio».
«Antes de que existiera el negocio comercial actual, ya se escribía sobre el fin de la literatura. Pero todavía no estamos viviendo el fin de la literatura, pero sí el fin de un modelo de negocio».
«Hay obras a las que nunca accederemos bien por censura, bien por la Inquisición, o por la eliminación de la obra por parte del propio autor. La censura hoy viene por parte del mercado que es el que decide quién publica y quién no en un marco de sobreproducción de textos que impide acceder a todo el volumen disponible».
«Hay un fenómeno poco conocido que se produjo durante los años anteriores y posteriores de la Segunda Guerra Mundial, muy relacionado con el Nacional Socialismo que ejerció una severa censura. Existía el raro fenómeno en el cual dos ideologías contrapuestas [estadounidense y nacionalsocialista] le negaron la publicación a los mismos autores: autores que fueron quemados en las hogueras públicas en Alemania, también se prohibieron en Estados Unidos. Se les negó la existencia a los mismos textos, unos en favor de la democracia y otros en nombre de una nueva visión entre el individuo y el colectivo».
«Jonathan Swift decía que existe una sola manera de que los libros entren en el mundo, pero muchas maneras de que lo dejen. En este sentido, ‘El libro tachado’ se propone como una historia de todas esas formas que los libros tienen de desaparecer y sobre cómo sería nuestra vida con una literatura fallida».
«La proliferación de textos hace que sea muy fácil acceder a los textos pero difícil determinar la autoría, la cual queda desdibujada o colectivizada en la red. Nos abrimos a una nueva concepción entre el autor y la literatura. En Estados Unidos y en Alemania se está abriendo el debate sobre cómo penalizar a los alumnos por temas de plagio y citas».
«Todavía no sabemos muy bien qué es la propiedad intelectual. Aportar nuevas voces y argumentos a la idea de que hay un autor con derechos que deben ser defendidos, dan vitalidad a esta discusión. Ya sea como textos fallidos o exitosos, los textos deben sostener un espejo sobre nuestro rostro, y ayudarnos a reconsiderar las nociones que tenemos sobre si los textos pertenecen al autor o al lector».
«Hay que poner en cuestión la idea tan externalizada de que un autor es una única persona que escribe ella sola una idea que se le ha ocurrido».
«Javier Marías dijo que los escritores de ahora aspiraban a la popularidad, al dinero, y a ligar mucho. Yo le doy la razón en este sentido porque cada vez es más difícil encontrar autores con los que discutir sobre literatura. Es una sensación frustrante conversar sobre literatura y no recibir respuesta, sobre todo con autores de mi generación. Hay un debate sobre por qué los escritores escriben si no les interesa la literatura. Nuestro objetivo debería ser provocar en los lectores los mismos sentimientos que provocaron otros autores en nosotros mismos»
«Una de las razones por las que ha descendido el número de ventas en los libros es porque los lectores no son idiotas y se niegan a comprar textos sin espesor, sin lenguaje y sin referencia que se hacen llamar literatura, pero que no lo son»
«La decadencia de la educación pública y el tipo de negocio editorial actual han devaluado el valor de la literatura. Esta degradación aparece en todos los países occidentales, sin embargo, es solo en España donde no se hace la distinción entre literatura comercial y literatura auténtica. Aquí se vende literatura irrelevante como si fuera literatura de calidad, pero el lector se da cuenta de lo que tiene valor y lo que no»
«La literatura no tiene que reflejar la realidad, de eso se encarga el buen periodismo. La literatura debe ir un paso más allá reflexionar sobre que aquello que trasciende y que la prensa no puede explicar y que son mejor reflejadas a través de la ficción y con la complicidad del lector»
«El libro tiene una estructura tripartita con un cuerpo central y notas a pie de página que enriquecen el resto. Esta estructura permite diferentes formas de lectura a elección del lector. He querido proponer un ensayo que fuera atractivo y no demasiado complejo con una estructura novedosa»
Patricio Pron (1975) es un escritor y periodista argentino doctor en Filología románica por la Universidad Georg-August en Alemania. Es autor de los volúmenes de relatos ‘Hombres infames’ (1999), ‘El vuelo magnífico de la noche’ (2001), ‘El mundo sin personas que lo afean y arruinan’ (2010), ‘La vida interior de las plantas de interior’ (2013), y de varias novelas como ‘Formas de morir’ (1998), ‘Nadadores muertos’ (2001), ‘Una puta mierda’ (2007), ‘El comienzo de la primavera’ (2008) galardonada con el Premio Jaén de Novela y distinguida por la Fundación José Manuel Lara como una de las cinco mejores obras publicadas ese año y ‘El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia’ (2011). Ha sido seleccionado como uno de los veintidós mejores escritores jóvenes en español del momento por la revista inglesa Granta.