En la literatura mi referente es la novela negra clásica americana
J.L. Rod, guionista de series de televisión en Hollywood y escritor, presentó en Periodista Digital su libro ‘La suerte de los irlandeses’, su última novela.
La obra que tiene como punto de partida un cuento real, se centra en el personaje Pat MacMillan, un investigador intuitivo, ácido y políticamente incorrecto, con una irrefrenable tendencia a las frases lapidarias.
Español de raíces irlandesas, él trabaja en un departamento del CNI que no tiene nombre ni figura en el organigrama. Cuando en pleno día de Nochebuena se dispone a comenzar unas largas vacaciones, MacMillan recibe dos malas noticias. La primera de ellas, que hay un topo de ETA infiltrado en los servicios secretos. La segunda, que el agente elegido por el Gobierno para identificar al topo y detenerlo es precisamente él.
La continuación de la historia ha dejado los lectores de Amazon sin poder soltar el libro.
TITULARES
Si te dijera que esperaba este éxito, te mentiría como un bellaco absoluto. Básicamente, es muy difícil que las editoriales se lean un manuscrito de un primer escritor, cuando reciben un orden de 300, 350 ejemplares mensuales. Con lo cual lo intenté como cualquier escritor, resultó imposible y al final opté por subir la novela a Amazon, confieso que con poca fe porque desconocía el mercado. La novela empezó a crecer y efectivamente empezó a ser muy apoyada por los lectores, comenzó a venderse de forma sorprendente a toda velocidad y ha estado ocho meses enteros como el libro más vendido de Amazon.
De Amazon lo único que puedo hablar es bien. Creo que es una oportunidad para cualquier escritor darse a conocer, y exponer su producto al público para que lo lea. Hace posible un precio competitivo y si el libro gusta al público, el libro se va a vender con total seguridad.
La historia de la novela arranca en un viaje a un Camino de Santiago. Pero había definido ya el personaje de Mac Millan, pues un tipo cínico, irónico, un desengañado de la vida.
El último día organizamos una cena de despedida y entre la cerveza de la tarde, el vino de la cena y los gintonics de después de cenar, acabó contandome una historia que me cambió la vida. El tipo me acabó contando que el fue un agente del CNI infiltrado en ETA.
Tenía la historia de este tipo metida en la cabeza entonces rompí todo lo que tenía y empecé ‘La suerte de los Irlandeses’.
En la literatura mi referente es la novela negra clásica americana.
En televisión se están haciendo cosas extraordinarias ahora mismo. Si hay que elegir una, eligiria ‘The Wire’ porque me parece una serie novedosa, rompedora, con buenos personajes, buenas tramas y una nueva forma de contar la historia a la gente.
La novela no es la historia exacta como me lo contaron, está basada, es un punto de arranque. Está estructurada con un criterio audiovisual, digamos de película. Al final un guión es pura técnica, se trata de mantener la atención del espectador permanente. Solo hay una forma de sorprender que es sorprender.
Uno de los principales comentarios que hacen los lectores en Amazon es que no pueden soltarla, la novela les atrapa desde la página cinco y esta cascada de sorpresas te obliga a leer.
Hay una forma de contar historias que sabemos que a la gente le gusta. Los giros los establecemos en tres niveles de intensidad. Tu no puedes estar sometiendo al lector o al espectador permanentemente a alta tensión, con lo cual vas combinando giros de pequeña intensidad, giros de media intensidad y giros de alta intensidad en puntos estratégicos para obligar el lector a esta continuidad en la lectura.
Trabajo de analista de guiones y hago una serie de informes desde el punto de vista técnico, lo que es la construcción de los personajes, el desarrollo de las tramas y luego, un planteamiento creativo. Gran parte de mi trabajo lo hago on line. Luego 3, 4, o 5 veces al año me voy a 2 horas de Los Ángeles.
Son lenguajes absolutamente distintos. Si tuviéramos que establecer las diferencias fundamentales entre el guión y la novela, son que una novela de casi 500 páginas tiene un tiempo de recorrido y un largometraje va a tener una hora y media, dos horas para contar la historia al espectador. ¿Qué tienes que hacer? Tienes que eliminar muchos aspectos que en la novela funcionan bien, pero que en cine harían la película inviable.
La creatividad vale para absolutamente todo en la vida. No solo para escribir, para hacer películas o para pintar cuadros. Yo creo que tiene que ser una norma de vida.
La creatividad es técnica y si tengo que dar un consejo, sería que hay que romper con todo lo que nos han enseñado desde pequeños.
J. L. Rod es guionista de cine y televisión. Desarrolla la mayor parte de su trabajo para la industria de Hollywood y ha participado en algunos de los proyectos de mayor éxito de los últimos años. También ha sido profesor de creatividad y desarrollo de proyectos audiovisuales en varios centros de formación.
Actualmente vive a caballo entre un pueblecito de la costa de Cádiz y Los Ángeles (EE.UU.), y trabaja en la adaptación al cine de La suerte de los irlandeses y en la siguiente entrega de la serie de Pat MacMillan.