'CUENTOS PARA LEER EN LA HAMACA'

El sueño americano

El sueño americano
Recuerdos dolorosos de la postguerra.

Este 5 de agosto de 2015, nuestra escritora nos propone una historia que versa sobre vidas inventadas. El sueño americano es una tragicomedia de la posguerra española. Un pueblo de Castilla su escenario. La imaginación, el cine y un amor de mentira sus protagonistas. Os invito a resolver mi duda ¿Hizo mal soñando?

 

Tenía la certeza de que era hijo único, huérfano de padre miliciano muerto en la guerra civil. Después del entierro de mi pobre madre, vacié los armarios. No tenía previsión de encontrar nada interesante, pero había una carpeta esperándome en un cajón. Era de cartón marrón y tenía tres palabras escritas en la portada: «Para vosotros dos». 

Dentro había un álbum con hojas de cartón, concebido por mamá al mismo tiempo que yo. Contaba nuestra historia a través de imágenes y recortes de viejas revistas. Ella era casi una niña cuando le conoció. El jugó con ella mientras rodaba una superproducción de Hollywood en un castillo de nuestro pueblo. Luego se fue y nunca volvió.

Mamá me tuvo a mí. No hubo estudios ni quiso marido y vivimos de alquiler. Salvo hacer las migas como nadie, nunca le conocí otra habilidad que limpiarle las escaleras a la gente y hacer croché.

Todo el mundo conocía a mi padre. Hasta yo, que no sé de casi nada, sabía su nombre y le había visto en el cine. Era un actor consagrado y su lista de mansiones, divorcios y amantes lujuriosas no tenía fin.

Pero mamá era de buen conformar y no había celos ni amargura en sus notas y recortes. Al contrario, la existencia de mi padre la hizo feliz como si fuera en parte la nuestra propia. Recortaba fotos de los tres y hacia «collages» inventado escenas que imaginaba para nuestra familia de mentirijillas. Luego las pegaba en el álbum por riguroso orden cronológico.

Anotaba pies de pagina y bocadillos contándome y contándole detalles en los que yo era igualito a él y también frases cariñosas que imaginaba que el pronunciaba desde el Olimpo de los dioses. En algunas páginas dibujaba manos falsas para enlazarnos en los momentos clave de nuestras respectivas vidas.

La composición que más me gustó era una en la que estoy vestido de almirante y pegado en una foto a color del ABC, en la que se ve a papá recogiendo su primer Oscar. En el bocadillo que salía de su boca se podía leer: «Dedico este premio a mi querido hijo Pepito, como regalo en el día de su primera comunión»…y en el pié de página mamá escribió: «El galardonado disfrutó de la fiesta posterior acompañado de su bella esposa Española, natural de Turégano, Segovia». 

La novela que había escrito mi madre era colorista, amable y entretenidísima, pero más falsa que la más falsa moneda.

El fiscal que todos somos, condenó a ese hombre a la pena de olvido eterno por golfo lujurioso sin posibilidad de recurso. Estaba a punto de lanzar el álbum al fuego, cuando el abogado, ese que sólo algunos pocos llevamos dentro, pidió la venia y alegó en su defensa:

-Muchacho, borrarlo es imposible y odiar no sienta bien. Esta España de postguerra se nos cae a pedazos y en este pueblo ya no queda nadie ¿Por qué no haces lo que quiere mamá? Las madres suelen tener razón.

Saqué los ahorros de la cartilla y los gasté en un billete de ida a Los Ángeles. Nunca regresé.

Por cierto, a papá le gustó mucho el álbum.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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